AFP.- Unos dejaron flores frente al castillo de Windsor o el palacio de Buckingham, otros prefirieron beberse una cerveza en un pub con su nombre. A su manera, los británicos rindieron homenaje el sábado al difunto marido de la reina, el príncipe Felipe.
En un pueblo cercano a la residencia real de Windsor, donde el príncipe murió y fue enterrado, el pub “Duque de Edimburgo” deseaba “RIP príncipe Felipe” con un cartel en la entrada, mientras llegaban los clientes para ver el funeral por televisión.
Jeffrey Role, de 70 años, no había ido especialmente para la ocasión y sólo se dio cuenta una vez allí de que su visita al pub coincidía con las exequias reales.
“¡Tomaremos una pinta de cerveza en su memoria!”, dijo a la AFP.
En el jardín del bar, única zona abierta debido a las restricciones por la pandemia, pronto empezaron a resonar las marchas militares, los cañonazos y las campanadas en directo desde el castillo.
De repente, se hizo un minuto de silencio en el que sólo oía el canto de los pájaros.
Todos los invitados respetaron religiosamente la orden, incluso una mesa de jóvenes que se mostraban bastante críticos con el príncipe, fallecido el 9 de abril a los 99 años.
Debido al coronavirus se pidió a los británicos no desplazarse a Windsor, pero muchos ignoraron la consigna, con un ramo de flores en la mano bajo un cielo soleado.
“Nos ha dejado un hombre extraordinario. Todo el país está muy triste”, decía Maggy Kaplar, de 45 años, considerando que el sentimiento era aún más fuerte en Windsor porque “es la despedida de uno de nuestros vecinos”.
Muchos comercios exhibían en sus escaparates imágenes del duque de Edimburgo, junto al llamamiento respetar guardar el minuto de silencio.
– “Servidor del Estado” –
En opinión de Ieuan Jones, de 37 años, originario de Cardiff, el príncipe Felipe era “un hombre fuerte, un verdadero héroe”. “Todavía no puedo superarlo, es una verdadera pena que por culpa de la pandemia no podamos rendir un homenaje más amplio a este hombre excepcional”, afirmaba.
El caricaturista Kaya Mar, de 65 años, que se levantó al alba para tomar el primer tren desde Londres, llevaba bajo el brazo un gran retrato de Felipe pintado sin un atisbo de sorna.
“Cuando me enteré de la noticia lo pinté enseguida, porque le quería, era un servidor del Estado desde hacía mucho tiempo. El país lo echará de menos, la institución monárquica lo echará de menos”, consideraba.
En Londres, Roger Brackin, un analista de 63 años, elogió la decisión de la familia real de cumplir con las normas sanitarias por el coronavirus.
“Otras personas que han perdido a miembros de su familia han tenido que enfrentarse a estas limitaciones, me alegro de que hayan cumplido”, aseguró.
Santosh Sing, un chef de 57 años, fue al palacio de Buckhingham, en el corazón de la capital británica, a primera hora de la mañana.
“No se encuentra esta pompa en ningún lugar del mundo, estoy orgulloso de ello, me encanta todo esto”, afirmaba este galés. “Es triste, porque con el tiempo todo esto cambiará para dar paso a otra era”, agregó.
Para Stewart Duncan, un ferroviario de 22 años que fue a presentar sus respetos frente al palacio de Buckingham, el sábado fue un día de dolor tras un año difícil para el país, que ha registrado más de 127.000 muertos de covid-19, el peor balance de Europa.
“Nos dimos cuenta de lo importante que es estar ahí para los demás cuando los tiempos son difíciles”, afirmaba.
Por su parte Chris Davies, de 39 años, que sirvió en la Royal Navy, se preocupaba por el futuro de la monarquía “cuando la reina se vaya”. Es “como cuando Alex Ferguson dejó el Manchester United”, comparó, refiriéndose al declive del club inglés tras la marcha de su famoso entrenador.
En su opinión, “el respeto del que goza la reina en todo el mundo no puede ser replicado por nadie más”.