Proteger especies marinas en riesgo, permitir su reproducción y garantizar su permanencia para las generaciones futuras. Por eso, respetar la veda no es solo una norma: es un acto de responsabilidad ambiental y de amor por la vida marina.

En este periodo de veda, están prohibidas la pesca, el consumo y la comercialización de varias especies marinas que son fundamentales para el equilibrio de los ecosistemas costeros y oceánicos. Sin este descanso biológico, muchas de ellas no lograrían reproducirse con éxito, poniendo en peligro su supervivencia.
¿Qué especies están en veda?
Las especies en veda incluyen:
- Langostas: espinosa, piedra (o pinta), y mama langosta.
- Conchas: lambí (o burgao), burgao Santa María, pata de mulo (o fotuto).
- Cangrejos: zumbá o pelú (moro), rojo o paloma de cueva, y jaiba sirica.
- Crustáceos de agua dulce: jaiba de río.
- Peces tropicales: como el pez loro (doctor azul) y el doctor cirujano.
- Tiburones (elasmobranquios).
- Erizo negro.
- Tortugas marinas: verde, carey, tinglar y caguamo.
Estas especies cumplen funciones vitales en el ecosistema, como limpiar arrecifes, controlar poblaciones y mantener el equilibrio en las cadenas alimenticias. Su disminución afecta no solo la biodiversidad, sino también la pesca futura y la seguridad alimentaria de muchas comunidades costeras.
El llamado es claro: ni pescar, ni comprar, ni consumir estas especies durante su temporada de veda. Si el mar no tiene tiempo para recuperarse, el daño puede ser irreversible.
Proteger nuestras costas no es tarea solo de las autoridades: es una responsabilidad compartida entre pescadores, comerciantes, consumidores y ciudadanos.
Dale un respiro al mar. Respetar la veda es proteger nuestro futuro