Nvidia anunció ayer que recibieron de parte de autoridades estadounidenses la orden de dejar de vender a China dos modelos chips informáticos de última generación optimizados para aplicaciones de inteligencia artificial.
Esta medida se enmarca en las preocupaciones del gobierno de Estados Unidos por el presunto uso militar que China le daría a plataformas especializadas de inteligencia artificial.
Esta determinación afecta actualmente a dos microchips de la marca, los modelos A100 y H100. Ambos ejemplares cumplen con la tarea de acelerar los procesos de aprendizaje automático.
Según reporta Reuters, AMD —su directo competidor en esta área— recibió de la misma forma nuevos requisitos de licencia, de acuerdo con los cuales la compañía deberá detener la exportación de sus chips de inteligencia artificial MI250 a China. Sin embargo, bajo su interpretación del nuevo mandato, el modelo MI100, perteneciente también a esta clase de chips, quedaría exento de la restricción.
El Departamento de Comercio de EE. UU, organismo responsable de esta decisión, no precisó cuáles son los nuevos criterios establecidos para los chips de IA que ya no se pueden enviar a China, pero dijo que está revisando sus políticas y prácticas relacionadas con China para «mantener las tecnologías avanzadas fuera de su alcance».
“Si bien no estamos en condiciones de esbozar cambios de política específicos en este momento, estamos adoptando un enfoque integral para implementar acciones adicionales necesarias relacionadas con tecnologías, usos finales y usuarios finales para proteger la seguridad nacional de EE. UU. y los intereses de la política exterior”, comentó un portavoz de la entidad comercial a Reuters.
Sin los chips de Nvidia y AMD, empresas estadounidenses que lideran este segmento de la industria, las organizaciones chinas no contarían con la rentabilidad esperada e incluso, la factibilidad técnica para concretar ciertos proyectos.
Tras hacerse público este anuncio, las acciones de Nvidia cayeron un 6,6%. La empresa dijo que había reservado $400 millones de dólares en ventas a China de los chips afectados para este trimestre, los cuales podrían perderse si las empresas chinas no acceden a ellos.