Por su alto contenido nutricional y sus propiedades saludables, cada vez más dominicanos consumen la nuez de coco y sus derivados, en una tendencia que sitúa la demanda muy por encima de la oferta e impulsa al Fondo Especial para el Desarrollo Agropecuario (FEDA) al desarrollo de un plan nacional en beneficio de consumidores y productores.
Como en Estados Unidos, China, Holanda, Canadá, India y Australia, naciones que lideran la ingesta, muchos consumidores criollos encuentran en el agua, la pulpa, el aceite, la leche, la harina y la crema de coco, alternativas orgánicas a bebidas y alimentos azucarados, aceites de semillas y productos lácteos dañinos para intolerantes a la lactosa.
La demanda local, también presionada por mileniales ecologistas, vegetarianos, flexovegetarianos y más de 30 plantas procesadoras locales, es asumida por el FEDA como una oportunidad para incrementar la producción de un rubro que genera multiplicidad de artículos aprovechables.
Gracias al apoyo decidido del presidente Luis Abinader, el organismo estatal ha logrado sembrar unas 40,000 tareas de cocoteros en año y medio, en beneficio de más de 2,500 productores; y ha capacitado a unos 3,500 agricultores en buenas prácticas de cultivo, control fitosanitario, comercialización e industrialización.
“Prometimos llenar el país de cocos, bajo el lema ‘Tamo en Coco‘, y hoy los cuatro puntos cardinales del país están sembrados” afirma el economista Hecmilio Galván, al hablar del Plan Nacional para el Relanzamiento del Sector Coco de la República Dominicana.
La iniciativa ha beneficiado empresarialmente a más de 540 pequeños y medianos productores agropecuarios, con la creación o recuperación de igual número de plantaciones que cumplen con los criterios de terreno idóneo para el cultivo y disponibilidad de agua.
“Cada uno de ellos recibió 500 plántulas de coco y, a través de varias asociaciones, cantidades menores les fueron entregadas como motivación a más de 2,000 productores; en tanto, más de 200 jóvenes del programa Emprende RD también recibieron este material de siembra”, señala el funcionario.
Galván resalta que el plan, el cual ha incluido capacitación, promoción del consumo y la asociatividad; así como seguimiento y asistencia técnica, ha dado grandes frutos, entre ellos la entrega gratuita de más de 400 mil plántulas de las variedades enano brasileño, híbrido F-2 y Alto del Atlántico en todas las provincias.
Indica que el país es líder mundial en la exportación de crema de coco dulce y que el coco dominicano es muy apreciado en los mercados internacionales, por su alto contenido de grasas; por lo que considera económicamente estratégico continuar aumentando la producción, no solo para consumo local y exportación, sino para satisfacer las necesidades del creciente sector turístico nacional.
Agrega que la siembra masiva de coco contribuirá ampliamente al desarrollo del país, pues incrementará la calidad de vida de los productores beneficiarios y sus familias, ya que un solo cocotero puede producir anualmente cerca de 200 cocos y representar un ingreso de más de RD$5,000 por planta al año.
El indiscutible estrellato del coco
El volumen del mercado mundial de productos del coco fue, en 2023, de 4.51 mil millones de dólares, con un crecimiento de 9.98 % anual proyectado por Mordor Intelligence, firma investigadora que prevé un aumento hasta los 7.26 mil millones de dólares, en 2028.
La producción de la fruta, empero, solo crece anualmente en un 2 %, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), lo que hace que Republica Dominicana tenga una gran oportunidad de desarrollo.
Sin embargo, el ansia cuasi universal por el coco otorga visos de realidad al vaticinio de que la producción global de copra (pulpa seca del coco para elaborar aceite) crecerá más de un 30 % en 2026; la leche de coco, un 35 %, en 2027; y el agua de coco, un 40 %, en 2030, de acuerdo con la empresa de información financiera Bloomberg.
Según datos antiguos, República Dominicana produce alrededor de 287 mil toneladas de coco cada año, provenientes de unos 300 millones de nueces. En 2021, el volumen de exportación del coco seco criollo hacia Estados Unidos fue de 7.6 millones de dólares, aunque las importaciones desde Guyana, India, Indonesia, Vietnam y Malasia ascendieron a 24 millones de dólares.
El coco es salud
Numerosos investigadores atribuyen al aceite de coco propiedades antiinflamatorias que favorecen la salud oral, tiroidea, cardíaca, cerebral e inmunológica, al tiempo que apoyan la digestión y el control de la enfermedad de Crohn, la candidiasis, la gripe, la hepatitis C, el herpes y el virus Epstein-Barr.
Asimismo, sus ácidos grasos de cadena media aumentan los niveles de energía y contribuyen al mantenimiento de un peso y un metabolismo saludables, de acuerdo con múltiples publicaciones, entre ellas “Deep Nutrition”, de la doctora Cate Shanahan.
En República Dominicana y otros países, muchos médicos utilizan con éxito el agua de coco como parte del tratamiento del dengue, por sus propiedades antiinflamatorias y de rehidratación oral.
En 2018, investigadores mexicanos del Centro Universitario de la Costa Sur encontraron que este líquido tiene efectos antivirales, de normalización del conteo plaquetario y de aceleración de la mejoría en caso de dengue no grave.
El director del FEDA indica que el agua de coco está cargada de electrolitos naturales, vitaminas, minerales, oligoelementos, aminoácidos, enzimas, antioxidantes y fitonutrientes. “A pesar de tener un delicioso sabor dulce, tiene un bajo contenido de azúcar, lo que la convierte en la bebida deportiva por excelencia”.