El progreso desigual en el desarrollo está dejando atrás a los más pobres, exacerbando la desigualdad y avivando la polarización política a escala global. El resultado es un peligroso estancamiento que debe ser abordado con urgencia a través de acciones colectivas, según un nuevo informe publicado hoy por el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD).
El Informe de Desarrollo Humano (IDH) 2023/24, titulado “Rompiendo el Estancamiento: Reimaginando la cooperación en un mundo polarizado”, revela una tendencia preocupante: el repunte en el Índice de Desarrollo Humano (IDH) global, una medida resumida que refleja el Ingreso Nacional Bruto (INB) per cápita de un país, la educación y la esperanza de vida, ha sido parcial, incompleto y desigual.
En cuanto a la República Dominicana, mantiene un nivel de desarrollo humano alto, ubicándose en la posición 82 de 193 países. Cabe indicar que, el valor del IDH se contrajo por primera vez en 2 años consecutivos por los efectos de la Pandemia, sin embargo, en 2022 muestra un comportamiento de retorno a los niveles previos al choque por COVID registrando un valor similar al año 2019.
Cuando el IDH se ajusta por la desigualdad, el país pierde alrededor del 18% de su valor que indica el potencial de desarrollo humano que se hubiera alcanzado si no existieran inequidades en la distribución de los logros en sus 3 dimensiones. Esta pérdida es similar a la exhibida por los países de Desarrollo Humano Alto, grupo al que pertenece el país, y a la media regional.
Es importante destacar que, desde 1990, año en que se inició el primer informe, el país ha mostrado un progreso constante en diversas dimensiones evaluadas, como educación, salud e ingresos. Sin embargo, persisten desigualdades estructurales que limitan una mejora significativa en la calidad de vida para todos y todas los (as) ciudadanos (as).
Se destacan en primer lugar; las asimetrías territoriales; con regiones que logran elevado nivel de progreso, pero coexisten con territorios como las regiones cercanas a la frontera donde las personas enfrentan importantes privaciones en la calidad de la cobertura de los servicios de educación, salud, vivienda, saneamiento, disposición de residuos, y trabajo decente. En segundo lugar, las inequidades de género con barreras para la participación igualitaria en los mercados laborales, el empoderamiento y la participación política, la salud reproductiva y la violencia, entre otros factores. Estas desigualdades territoriales perpetúan las brechas en el bienestar y la calidad de vida de la población, y en efecto, limitan las oportunidades de crecer en desarrollo humano.
Para profundizar en estos datos territoriales, el PNUD República Dominicana presentará la próxima semana La “Plataforma Territorial de Desarrollo Humano”. Un hub de información multidimensional que integra una serie de datos, métricas y una narrativa que muestra las asimetrías en desarrollo humano a nivel de los territorios con el fin de orientar la política pública para lograr una mejor focalización de la inversión y el gasto público sirviendo como insumo estratégico para la planificación plurianual del país.
El índice de desigualdad de género e índice ajustado por presiones planetarias en RD
El índice de desigualdad de género (GII, siglas en inglés) mide las desigualdades de género en tres dimensiones clave: salud reproductiva, empoderamiento y mercado laboral. La salud reproductiva se mide por la tasa de mortalidad materna y las tasas de natalidad adolescente; el empoderamiento se mide por la proporción de escaños parlamentarios ocupados y la población con al menos educación secundaria por cada género; y la participación en el mercado laboral se mide por las tasas de participación en la fuerza laboral para mujeres y hombres. La República Dominicana tiene un valor de GII de 0.433, ubicándose en el puesto 107 de 166 países en 2022.
Por otro lado, el Índice de Desarrollo Humano ajustado por presiones planetarias ajusta el IDH para las presiones sobre el planeta para reflejar una preocupación por la desigualdad intergeneracional. Es el nivel de desarrollo humano ajustado por las emisiones de dióxido de carbono por persona (basadas en la producción) y la huella material per cápita para tener en cuenta la presión excesiva de los seres humanos sobre el planeta. Para la República Dominicana, este índice se ubica en 0.732.
América Latina y el Caribe lidera la recuperación global mientras enfrenta desafíos, revela el PNUD
Se proyecta que el IDH global alcance niveles récord en 2023 después de fuertes caídas durante 2020 y 2021. Pero este progreso es profundamente desigual. Los países ricos están experimentando niveles récord de desarrollo humano mientras que la mitad de los países más pobres del mundo siguen por debajo de su nivel de progreso previo a la crisis.
Las desigualdades globales se ven exacerbadas por una concentración económica sustancial. Como se menciona en el informe, casi el 40 por ciento del comercio mundial de bienes está concentrado en tres o menos países; y en 2021, la capitalización de mercado de cada una de las tres mayores empresas tecnológicas del mundo superó al Producto Interno Bruto (PIB) de más del 90 por ciento de los países ese año.
En el caso de América Latina y el Caribe (ALC), los datos muestran los contrastes y la heterogeneidad de la región que experimentó la mayor caída del Índice de Desarrollo Humano (IDH) a nivel global durante 2020-2021 pero que también reportó una fuerte recuperación en 2022. sin alcanzar aún sus niveles prepandemia (2019).
“El aumento de la brecha de desarrollo humano que revela el informe muestra que la tendencia de dos decenios de reducción constante de las desigualdades entre las naciones ricas y pobres se está invirtiendo. A pesar de nuestras sociedades globales profundamente interconectadas, nos estamos quedando cortos. Debemos aprovechar nuestra interdependencia, así como nuestras capacidades, para abordar nuestros retos compartidos y existenciales y garantizar que se cumplan las aspiraciones de las personas”, declaró Achim Steiner, responsable del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
“Este bloqueo tiene un importante coste humano. El fracaso de la acción colectiva para avanzar en la lucha contra el cambio climático, la digitalización o la pobreza y la desigualdad no solo obstaculiza el desarrollo humano, sino que agrava la polarización y erosiona aún más la confianza en las personas y las instituciones en todo el mundo”, añadió.
El informe sostiene que el avance de la acción colectiva internacional se ve obstaculizado por una “paradoja de la democracia” emergente: mientras que 9 de cada 10 personas en todo el mundo respaldan la democracia. Este fenómeno es aún mayor en ALC, que ha sido testigo de una creciente insatisfacción hacia esta forma de gobierno con 1 de cada 10 personas respaldando la democracia y el 70% de las mujeres desaprobando su funcionamiento y desempeño, según el Índice de Democracia 2023 publicado recientemente, pero a nivel mundial la región sigue siendo la tercera más democrática.
La polarización política también es una preocupación creciente con repercusiones globales, esto es extremadamente relevante para la región que ha experimentado el aumento más rápido de la polarización en las últimas dos décadas. Según datos de Latinobarómetro, la confianza en las instituciones ha disminuido significativamente, alcanzando niveles cercanos al 20%. Es decir, sólo 1 de cada 5 personas expresó confianza en su gobierno lo que confirma que una disminución de la confianza institucional en la región también va acompañada de una disminución de la confianza en la mayoría de las personas.
“El Informe Global sobre Desarrollo Humano es quizás una de las contribuciones más grandes e importantes que el PNUD ha hecho al mundo del desarrollo, desde su lanzamiento en 1990. Esta última edición nos muestra que ALC tiene una de las mayores recuperaciones, en comparación con otras regiones, sin embargo, todavía no hemos superado los niveles que teníamos en términos de desarrollo humano antes de la pandemia. En una región de contrastes con un imperativo de ir más allá de los promedios, una de las regiones más desiguales del planeta esconde detrás de los promedios profundas desigualdades”, agregó Michelle Muschett, Administradora Asistente y directora regional del PNUD para América Latina y el Caribe.
Aunque los informes presentan una clasificación de países según los niveles del IDH, la posición relativa entre países es menos importante que saber en qué nivel de desarrollo se encuentran y hacia qué nivel deberían avanzar.