Expertos en salud aseguran que, con regulaciones correctas, los vapes podrían seguir reduciendo el consumo de cigarrillos

Expertos en salud aseguran que, con regulaciones correctas, los vapes podrían seguir reduciendo el consumo de cigarrillos

Científicos, reguladores y responsables de salud pública de todo el mundo analizaron la realidad de los cigarrillos electrónicos durante el E-Cigarette Summit 2024, celebrado en mayo pasado, en Washington DC, Estados Unidos

Junio 2024. Los cigarrillos electrónicos siguen siendo una alternativa de menor riesgo para adultos fumadores, que con las regulaciones correctas podrían seguir aportando a la reducción de consumo de cigarrillos convencionales. Así lo afirmaron científicos, reguladores y responsables de salud pública de todo el mundo durante el E-Cigarette Summit 2024, celebrado el 14 de mayo pasado, en Washington DC, Estados Unidos.

En este encuentro, David Levy, profesor de Oncología del Centro Oncológico Integral Lombardl, de la Universidad de Georgetown, analizó las tendencias recientes en los mercados estadounidenses de productos de administración de nicotina. El científico observó un descenso significativo del consumo de tabaco entre los jóvenes, compensado por el aumento del uso de sistemas electrónicos de suministro de nicotina, entre ellos cigarrillos electrónicos, que ha contribuido a reducir el consumo de cigarrillos, reflejando las tendencias de otros países. 

“Los sistemas electrónicos de suministro de nicotina se han convertido en una herramienta importante para dejar de fumar en varios grupos de personas, algo especialmente evidente en el Reino Unido. Su            capacidad para sustituir el consumo de cigarrillos ha sido fundamental en los esfuerzos para dejar de fumar, con un impacto significativo tanto en jóvenes como en adultos jóvenes. Esto subraya su potencial para servir como estrategia crucial de reducción de daños en las iniciativas de salud pública dirigidas a dejar de fumar”, explicó Levy.

Normas específicas para cada producto.

Levy también se refirió a la hoja de ruta sugerida por la FDA, la cual aconseja elaborar normas específicas para cada producto, tener en cuenta el impacto en grupos vulnerables como los fumadores de más edad, y garantizar la competencia del sector de los productos distintos de los cigarrillos y la flexibilidad normativa para fomentar la innovación. 

Una visión similar tuvo Ron Borland, profesor de psicología de la Universidad Deakin, quien sostuvo que el auge de los productos alternativos a la nicotina, en particular el vapeo, es inevitable, impulsado por las campañas de salud pública para reducir los riesgos relacionados con el tabaquismo. Expresó que, pesar de la resistencia, el vapeo se ha extendido, especialmente entre los adultos jóvenes, superando en algunas zonas al consumo tradicional de cigarrillos. El ponente destacó las dificultades para regular eficazmente el vapeo y criticó enfoques fallidos como los modelos de prescripción y la prohibición de productos sin nicotina.  

Preservar el acceso a fumadores y evitar consumo en los menores.

En su defensa de una regulación equilibrada, subrayó la necesidad de disuadir a los jóvenes del uso de vapes al tiempo que se preserva el acceso para los fumadores adultos, proponiendo estrategias como gravar los productos desechables y limitar los sabores. Por último, afirmó que una regulación eficaz es crucial para maximizar el potencial de reducción de daños del vapeo y minimizar los riesgos, enfatizando en la necesidad de un enfoque pragmático para la regulación. 

Mitch Zeller, director (retirado) del Centro de Productos del Tabaco (CTP) y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) ofreció una descripción concisa de las posturas enfrentadas en el debate sobre la reducción de daños dentro del consumo de tabaco y compartió sus ideas sobre cómo se está desarrollando este debate en Estados Unidos dentro del marco establecido por el Congreso. Destacó que, “debido a ideas erróneas, se cree que la nicotina es la causa del cáncer, las enfermedades pulmonares o del corazón”. Estudios yan han demostrado que el humo, producto de la combustión del tabaco, es la principal causa de daño vinculado con fumar, y no la nicotina.

El profesor Benjamin Toll, Vicepresidente de Ciencias de la Salud Pública Médica – Universidad de Carolina del Sur, expuso la necesidad de que los médicos y profesionales de la salud orienten a las personas que quieren dejar de fumar, sugerir otras opciones como alternativas al tabaco y con estas analizar cuál es el mejor proceso de transición.

Clive Bates, director de Counterfactual Consulting, analizó un cambio significativo en los esfuerzos de control del tabaco, reconociendo el descenso de las tasas de tabaquismo entre los jóvenes al tiempo que condena las prácticas engañosas de la industria tabacalera. Bates defiende un enfoque matizado de la nicotina, reconociendo tanto sus beneficios como sus perjuicios, lo que impulsa una reevaluación de la regulación para centrarse en los métodos de consumo y no en la demonización.  

“Se hace cada vez más hincapié en el tabaquismo entre los adultos, sobre todo entre las personas de mediana edad, y se reclama la promoción de alternativas nicotínicas más seguras y estrategias eficaces de reducción de daños. Hay disparidad entre las estrictas regulaciones de algunos mercados y el caos de otros, como también vemos un fracaso de la prohibición. Existe la necesidad de adoptar enfoques pragmáticos en materia de regulación, protección del consumidor y legalidad del mercado, en medio de los continuos retos que plantean el comercio internacional y la circulación ilícita de productos”, expresó Bates.