Cómo evitar las enfermedades más comunes tras las cenas de Navidad

Cómo evitar las enfermedades más comunes tras las cenas de Navidad


Durante las festividades navideñas, las comidas abundantes pueden provocar problemas de salud como indigestiones, intoxicaciones alimentarias, reacciones alérgicas e intolerancias. 

Aunque un problema intestinal leve sea fácil de controlar, otras complicaciones pueden ser más graves, tales como intoxicaciones ocasionadas por un alimento contaminado.

La indigestión, también conocida como dispepsia, es una de las consecuencias más habituales, caracterizada por malestar en el abdomen y sensación de saciedad. Aunque existen formas de evitarla, puede ser indicativo de un problema más serio si es recurrente.

En tanto, las intoxicaciones alimentarias son causadas por el consumo de comida contaminada, siendo los pescados, mariscos y carnes los más susceptibles. Los síntomas principales pueden ser tanto leves, como diarrea, o graves, como la fiebre o un aumento de la frecuencia cardíaca, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC).

Recomendaciones para prevenir una intoxicación alimentaria en Navidad

La seguridad alimentaria en las fiestas de Navidad y Fin de Año evita visitas a las salas de emergencia en los hospitales. Con una cantidad abundante de platillos y el cambio de temperatura, los alimentos pueden comenzar a descomponerse sin mostrar signos fáciles de reconocer en el sabor y el olor. 

Los cuales, al ingerirse, provocan intoxicaciones alimentarias con repercusiones de distinta gravedad en la salud.

Para prevenir este riesgo, los CDC recomiendan mantener separados en supermercados y refrigeradores carne, pollo, pavo, mariscos y huevos para evitar la contaminación cruzada. 

Es esencial almacenar estos últimos productos en su caja original y utilizar recipientes sellados para evitar filtraciones de jugos sobre otros alimentos. Se hace especial énfasis en los huevos porque son susceptibles a la Salmonella, una bacteria que provoca diarrea, vómitos, fiebre y retortijones abdominales. Es recomendable usar estos alimentos pasteurizados en el ponche o el tiramisú.

El pavo es un clásico platillo en la cena de Navidad; la clave para prepararlo de forma segura es descongelarlo de forma segura. Tal y como ocurre con todos los alimentos, la mejor opción es el refrigerador, en su envoltura original y poniéndolo en un recipiente. El tiempo que tarda este proceso, según los CDC, son 24 horas por cada 4 o 5 libras de pavo (2 kilos aproximadamente). Tras descongelarse, puede permanecer ahí por 1 o 2 días antes de cocinarlo. 

También recomiendan descongelarlo bajo agua fría, cambiándola cada 30 minutos o en el microondas. Es esencial que nunca esté a temperatura ambiente para evitar el crecimiento de los gérmenes dañinos para la salud que podrían causar enfermedades gastrointestinales.

Cocinar los alimentos es otro paso importante en la prevención de estos problemas. Se recomienda el uso de un termómetro para alimentos para verificar que las carnes alcanzan la temperatura interna necesaria para eliminar cualquier bacteria. 

También es importante permitir que los alimentos reposen unos minutos tras su cocción. La comida debe mantenerse fuera de la denominada “zona de peligro”, entre 4 °C y 60 °C; también se pueden refrigerar en menos de dos horas después de cocinarlos, y se debe ajustar el frigorífico a menos de 4 °C y el congelador a menos de -17 °C.

Otro de los alimentos que podrían ser fuentes de infecciones son los mariscos. Después de refrigerarse, deben consumirse frescos. Sin embargo, lo anterior solo es recomendable para las personas sin condiciones negativas de salud, según los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH). 

Respecto a las verduras, se insiste en lavarlas bajo agua corriente sin remojarlas para evitar la propagación bacteriana. Es importante secarlas con un trapo limpio o papel toalla para eliminar residuos y suciedad.

En cuanto a los postres, se ha identificado que el pudín navideño, rico en alcohol, y la sobrecarga de comidas pueden implicar incrementos de colesterol y aumento de peso. 

Para evitar estos problemas, se recomienda implementar un consumo mesurado de estos refrigerios, especialmente si se padece de alguna enfermedad cardiovascular, según un estudio publicado en la revista Australian and New Zealand Journal of Public Health.

Por último, el lavado de manos con agua y jabón es también una acción preventiva crucial en momentos clave, como antes y después de manipular alimentos, ir al baño o cambiar pañales, y después de toser o estornudar, para minimizar la propagación de gérmenes.

¿Cómo tratar el reflujo y la intoxicación en Navidad?

La adopción de hábitos saludables podría ser un factor clave en la disminución del reflujo ácido en la cena de Navidad. Entre las recomendaciones, se incluye mantener un peso saludable y evitar el cigarrillo, porque mejora la funcionalidad del esfínter esofágico y reduce la incidencia de esta condición, según Mayo Clinic.

Además de estas medidas, otras sugerencias para disminuir la posibilidad de padecer acidez estomacal son adoptar posturas adecuadas durante el descanso. 

Elevar la parte superior del cuerpo ayuda a evitar estos problemas. También se aconseja evitar acostarse poco después de consumir alimentos; será necesario esperar al menos tres horas. Estos métodos podrían disminuir el malestar y prevenir el reflujo.

Otras prácticas recomendadas para las personas afectadas por el reflujo incluyen ingerir los alimentos de forma lenta y masticar bien antes de tragar. Restringir ciertos alimentos y bebidas que actúan como detonantes del reflujo ácido, como el alcohol, chocolate, cafeína, alimentos ricos en grasas y la hierbabuena, también es una medida sugerida. 

Asimismo, se recomienda evitar vestimentas que compriman el área abdominal.

En casos de intoxicación alimentaria, es crucial reponer líquidos perdidos a causa de la deshidratación. Es recomendable la ingesta de bebidas deportivas y caldos; también es recomendable el consumo de galletas saladas para recuperar los electrolitos, según información del National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases (NIDDK) de Estados Unidos. 

Y, en especial, acudir a un profesional de la salud para que analice el cuadro.

Prevenir la intoxicación alimentaria es posible a través de prácticas adecuadas de preparación de alimentos. Se enfatiza no consumir productos que hayan estado expuestos por más de dos horas, o más de una hora si la temperatura sobrepasa los 32 grados Celsius. 

Sin embargo, es primordial siempre seguir las indicaciones de los profesionales de la salud para enfrentar adecuadamente estos episodios y evitar complicaciones mayores.