Los frutos secos contienen fibra, que ayuda a reducir el colesterol. La fibra también hace que te sientas lleno, y así comes menos.
Además, se cree que la fibra influye en la prevención de la diabetes tipo 2.
Los frutos secos son semillas que se caracterizan por tener un bajo contenido de agua y altos porcentajes de grasas saludables y ácidos grasos como el omega 3.
En ese sentido, son excelentes fuente de nutrientes esenciales, como proteínas, antioxidantes, fibra, minerales y vitaminas B y E.
Ayudan a combatir la inflamación y las enfermedades cardíacas. Aumentan el colesterol bueno y reducen el malo. Favorecen los procesos cognitivos por su alto contenido de grasas insaturadas y omega 3.
Son alimentos hipercalóricos, pues contienen entre 160 y 180 kcal por cada 100 gramos.
Contribuyen a mejorar la salud ósea. Los frutos secos son una fuente rica en calcio. Las almendras están en primer lugar con 259 mg de cada 100 g. Por lo que son excelentes opciones para complementar o aumentar los niveles de dicho mineral y prevenir enfermedades como la osteoporosis.
Mejoran el funcionamiento intestinal. Gracias al aporte alto de fibra, evitan el estreñimiento y previenen la aparición de enfermedades intestinales. Los pistachos (pistaches) contienen 10.6% de fibra, mientras que las nueces aportan 6.5%.
Previenen enfermedades cardiovasculares. Hay quienes señalan que los frutos secos son perjudiciales por la presencia alta de ácidos grasos, pero las quejas no proceden, ya que estas grasas son buenas, pues hablamos de monoinsaturadas y poliinsaturadas. El consumirlas ayuda a bajar la presión arterial y a controlar los niveles de colesterol.
Ayudan a controlar los niveles de azúcar en la sangre. Algunos frutos secos contribuyen a controlar los niveles de lípidos y glucosa en la sangre.
Además, son ricos en oligoelementos como el magnesio y el potasio, los cuales ayudan a prevenir la aparición de diabetes y son ideales para quienes ya la presentan.
Evitan enfermedades degenerativas. Por un lado, la presencia de vitaminas E y B, fósforo, potasio, cobre, hierro y selenio, ayudan a evitar enfermedades como el cáncer.
Pero no solo eso, pues contribuyen a la prevención del deterioro cognitivo causado por la demencia.
Disminuyen síntomas hormonales. Los frutos secos aportan ácidos fólicos que aumentan las defensas del organismo a la vez que bajan los niveles de estrés, fatiga y síntomas premenstruales.
También son una fuente de fitoestrógenos, que ayudan a reducir los efectos de la menopausia.
Ayudan a promover la pérdida de peso. Contrario a lo que se puede pensar, existen beneficios de los frutos secos para adelgazar. Esto se debe a su contenido de grasas saludables y a su aporte hipercalórico que permite un mejor rendimiento durante las actividades físicas.
Sin embargo, es muy importante destacar que no deben consumirse en exceso, ya que pueden provocar el efecto contrario.