Cada 7 de mayo, desde 1995, se celebra el Día Mundial de la Masturbación, instaurada por un fabricante de juguetes sexuales que quiso homenajear a la pediatra Joycelin Elders, quien dijo en un discurso ante la ONU que “el autoplacer y el descubrimiento sexual personal es algo propio de la sexualidad humana que debería ser enseñado en las escuelas”.
La masturbación solía estar asociada a algo malo o prohibido, que casi todo el mundo escondía. Sin embargo, los especialistas en Sexología del mundo afirman que esta práctica es sana, natural y tiene muchos beneficios. Brinda, por ejemplo, un valioso aporte que va desde lo físico hasta lo psicológico.
Existen estudios cientificos que han demostrado que es saludable tanto para hombres como para mujeres. Se han hallado aspectos positivos como la mejora del sistema inmunológico y de la claidad del sueño. Incluso, en el caso de los hombres, se le atribuye una inidencia en la disminución del riesgo de contraer cáncer de próstata. Puede ser una práctica solitaria o puede hacerse en pareja. El erotismo homosexual, tanto femenino como masculino, la incluye como una variante más del encuentro íntimo.
La masturbación aún no se ha liberado de su carácter de tabú en numerosas culturas y se la ha rodeado de mitos populares.
“Muchas veces pensamos que el autoconocimiento solo otorga placer, pero tiene muchísimos más aportes”, explica la periodista diplomada en sexualidad, Francesca Gnecchi. Y agrega “Uno de ellos es ser una receta casera para los momentos en que estamos estresados, angustiados o ansiosos, nos permite llegar al orgasmo y relajarnos”.
Tener un orgasmo libera endorfinas, que son los químicos que hacen sentir bien a las personas. Los orgasmos son calmantes naturales y ayudan a dormir mejor, en muchas ocasiones. También el autoplacer puede aliviar dolores menstruales y la inflamación, mejorar la piel y el sistema inmune.
La masturbación ayuda con los dolores menstruales, fortalece el sistema inmune, evita infecciones, mejora el sueño, genera sensación de bienestar, mejora las relaciones entre pareja, es un analgésico, ayuda con la endometriosis, aumenta las defensas, favorece la capacidad mental en la vejez, favorece la transición en la menopausia, no altera el rendimiento deportivo y prohibierla puede enfermar.
Los egipcios y los mesopotámicos hablan de Apsu, un dios que nació en el primer océano después de crearse a sí mismo a través de la masturbación, la saliva y las lágrimas, con lo que dio vida a la Vía Láctea.
Por el lado de los griegos, excepto en Esparta, la masturbación era vista como un don, en razón a que Hermes se la enseñó a su hijo Pan (Fauno) para aguantar los desaires de la ninfa Eco.
En los albores del cristianismo Agustín de Hipona la elevó a nivel de pecado. Más adelante, Jean de Gerson, en su modelo confesional orientaba a los sacerdotes a detectar este pecado y la penitencia que merecía.