París, Francia | AFP | Los casos de cáncer de cuello uterino han disminuido entre las mujeres británicas que recibieron una vacuna contra el virus del papiloma humano, que causa este tipo de cáncer, según un estudio publicado el jueves.
“Nuestro estudio proporciona las primeras pruebas directas del efecto de la vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH), a través de la vacuna bivalente Cervarix, sobre la incidencia del cáncer de cuello uterino”, indican los autores del estudio, publicado en Lancet.
Los cánceres de cuello uterino están casi siempre causados por una infección, sexualmente transmisible, de VPH.
Desde mediados de la década de 2000, existen vacunas contra esta infección. Por eso muchos países lanzaron campañas dirigidas a los adolescentes para que reciban la vacuna antes de iniciar su actividad sexual.
Hasta ahora se conocía la eficacia de las vacunas contra la propia infección y contra el desarrollo de lesiones precancerosas.
Pero los datos eran menos precisos en cuanto a la frecuencia de los cánceres declarados.
Esta es la contribución del estudio de Lancet. Según sus conclusiones, hay una clara reducción de los casos de cáncer de cuello uterino entre las mujeres que se acogieron a la campaña de vacunación británica, puesta en marcha a finales de la década de 2000.
Esta disminución, medida con respecto a la proporción de casos en las generaciones anteriores, es notable en particular en las mujeres que pudieron ser vacunadas tempranamente, a los 12 o 13 años.
En este grupo, los cánceres de cuello uterino han desaparecido prácticamente en los últimos años.
Estos resultados tienen limitaciones. Incluso sin vacunación, los investigadores esperaban un número limitado de cánceres en este grupo de edad, que hoy no supera los 25 años.
Por ello, subrayan que será necesario seguir estudiando la frecuencia de los cánceres en este grupo de edad en los próximos años.
Además, con el fin de realizar un seguimiento a largo plazo, el estudio solo se interesa por las mujeres que pudieron beneficiarse de la campaña británica en sus inicios.
En ese momento, la vacuna utilizada era Cervarix, producida por GSK. Pero desde entonces ha sido sustituida por Gardasil, producida por la empresa estadounidense Merck (conocida como MSD fuera de Estados Unidos), sobre la que el estudio no puede extraer ninguna conclusión.