SANTO DOMINGO.- Más de cien expertos, científicos y médicos independientes de 28 países solicitan, a través de una carta firmada, a los representantes de la Conferencia de la Convención para el Control de Tabaco a tomar en cuenta la evidencia científica disponible y la reducción del daño, con el fin de modernizar las políticas relacionadas con el consumo de tabaco.
En dicha misiva, los expertos reafirman que existen pruebas convincentes de que los productos sin humo son mucho menos perjudiciales que los cigarrillos y que pueden desplazar el tabaquismo en el plano individual y en el de la población.
“En la última década, la innovación en el mercado del tabaco y la nicotina ha hecho que ahora haya muchos productos a base de nicotina disponibles que no implican la combustión de la hoja de tabaco ni la inhalación de humo. Entre estos productos sin humo se encuentran los productos de vapeo, las nuevas bolsas de nicotina oral, los productos de tabaco calentado y el tabaco sin humo con bajo contenido en nitrosinas, como el snus. Los cigarrillos y otros productos de tabaco para fumar son responsables de la gran mayoría de los fallecimientos causados por el consumo de tabaco en el mundo. Los productos de nicotina sin humo ofrecen una vía prometedora para reducir los daños derivados del tabaquismo”, explican los científicos y médicos en la carta.
La comunicación, liderada por el científico inglés Clive Bates, resalta las importantes oportunidades que la reducción de los daños del tabaco presenta para la salud pública, y cómo también puede contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Plantea, además, que las principales evaluaciones reglamentarias y la experiencia apoyan los productos de tabaco calentado, ya que, como indican en la carta, “estos productos pueden ser una alternativa de riesgo reducido más aceptable para algunos fumadores”.
“La FDA llegó a la conclusión de que el producto es «apropiado para la protección de la salud pública» y la divulgación al público de que creó una exposición humana significativamente menor a los tóxicos es «apropiada para la promoción de la salud pública». También está claro que el descenso drástico del tabaquismo en Japón se produjo tras la introducción de los productos de tabaco calentado en 2015. Los datos del mercado muestran un descenso sin precedentes de más del 40% en el volumen de cigarrillos y cigarros vendidos en Japón entre 2015 y 2020”, describen los expertos en el escrito.
Entre las recomendaciones que brindan los firmantes están como eje central, considerar la reducción del daño por tabaquismo como parte de la estrategia global para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), específicamente el ODS 3.4 sobre enfermedades no transmisibles. También recomiendan insistir en que cualquier análisis de la política de la OMS realice una evaluación adecuada de los beneficios para los fumadores o posibles fumadores, así como de los riesgos para los usuarios y no usuarios de estos productos.
“Reconocemos que existe incertidumbre frente a los beneficios y riesgos asociados con la evolución del mercado de los productos de tabaco sin combustión a largo plazo. También somos debidamente cautelosos con la participación de la industria del tabaco. Sin embargo, también debemos tener en cuenta el importante conjunto de pruebas que tenemos y no permitir que la excesiva precaución o las incertidumbres residuales nieguen a los fumadores opciones prometedoras para abandonar los productos combustibles que sabemos con certeza que son letales”, reseña la carta.
Los expertos aseguran que gran parte de la retórica de la OMS enmarca la reducción del daño del tabaco como una estrategia de la industria para socavar el control del tabaco. Sin embargo, plantean que “esto ignora el importante apoyo de los expertos a la reducción de los daños del tabaco en la salud pública y el control del tabaco, y la experiencia de millones de fumadores que han cambiado con éxito y están mejor física, social y económicamente”.
“Creemos que ha llegado el momento de que la política mundial sobre el tabaco aproveche todo el potencial de la reducción de daños del tabaco. Esperamos que las comunidades científicas de salud pública, de política y de profesionales de la salud converjan en un propósito común para cumplir los ODS y para reducir la carga mundial de enfermedades relacionadas con el tabaco y la mortalidad prematura de la manera más rápida y profunda posible”, concluye el comunicado.