En el simposio patrocinado por Gilead Sciences en el marco del XXIX Congreso Dominicano de Gastroenterología, celebrado del 7 al 10 de octubre en Bávaro, también se habló de la importancia de atender a los enfermos de Hepatitis B a tiempo
En un simposio patrocinado por Gilead Sciences,Inc. (Nasdaq: GILD) sobre hepatitis virales en la República Dominicana, los médicos participantes trataron la necesidad que existe de implementar un plan nacional de Hepatitis C en el que se pueda trabajar con consistencia en el diagnóstico de los enfermos, así como simplificar y descentralizar el acceso al tratamiento como forma para su eliminación en el país.
Con respecto la Hepatitis B, la reflexión de los panelistas se centró en incrementar el tratamiento temprano y no posponerlo hasta que ya sea demasiado tarde para el paciente.
El evento, que llevó por título “Hacia la eliminación”, tuvo lugar el sábado 9 de octubre durante el XXIX Congreso Dominicano de Gastroenterología celebrado del 7 al 10 en las instalaciones del Centro de Convenciones del Hotel Barceló en Bávaro, costa Sureste de la República Dominicana. Contó con la participación de tres especialistas en la atención de hepatitis virales como son el dominicano Fernando Contreras, el español José Luis Calleja y el argentino Adrián Gadano, quien participó de forma virtual.
El Dr. Contreras, pasado presidente de la Asociación Latinoamericana para el Estudio del Hígado (ALEH), centró su exposición en los retos y oportunidades que existen para la eliminación de la Hepatitis C, partiendo de la simplificación del proceso de acceso al tratamiento hasta la cura del paciente que lo recibe, algo que ocurre al menos en el 95% de los casos cuando la patología se detecta a tiempo.
“La Hepatitis C representa una carga y un problema para la salud pública, por lo que es necesario establecer más controles y aplicar los parámetros de la OMS para su eliminación”, afirmó el especialista dominicano. Al referirse a la evolución de los tratamientos para la enfermedad, los catalogó de eficaces, seguros y sencillos. Ahora tenemos las opciones terapéuticas correctas para hacer de la eliminación de la hepatitis C una realidad”. Para que esto sea posible, sin embargo, Contreras estima que primero será necesario superar algunos obstáculos que ahora mismo lo dificultan.
El Dr. Calleja, por su parte, enfocó su participacion en el progreso que se viene haciendo en España para la eliminacion del Virus de la Hepatitis C. “Podemos dar testimonio de una experiencia de éxito, lo cual tiene mucho que ver con que se realizó un plan nacional. En el año 2015, la industria farmacéutica, el gobierno, pacientes y personal médico nos pusimos de acuerdo para tratar a los pacientes de hepatitis C y darles acceso a los tratamientos”. Esta línea de acción permitió curar a más de 150,000 personas en los últimos cinco años y ha colocado al país europeo en los primeros lugares para cumplir con la meta de erradicación de dicha enfermedad para 2030.
La recomendación del médico español es que la República Dominicana cree su propio plan de identificación de pacientes que están ocultos, “y una vez tengamos a los pacientes, ponerlos en tratamiento. Para lograr esto, el país necesita métodos sencillos de diagnóstico y tratamientos eficaces, los cuales están disponibles. Y es igualmente importante que estos sean prescritos por muchos médicos y no haya una barrera, ni un único especialista que pueda tratarlos”. De no proceder con un método de estas características, Calleja alerta sobre el incremento de casos de cirrosis y cáncer de hígado en el país en los próximos años, “por lo que aplicar el plan es una inversión, y no un gasto”.
En el caso del Dr. Gadano, su intervención respondió a la pregunta de cuándo y cómo tratar la Hepatitis B. “Continúa siendo un problema de salud de gran relevancia a nivel global, y particularmente en nuestra región latinoamericana. El principal desafío que tenemos por delante es el de poder diagnosticar a tiempo la gran cantidad de pacientes infectados aún sin diagnóstico, ya que en estos pacientes la enfermedad puede avanzar y dañar gravemente el hígado”, alertó el especialista argentino.
Llamó la atención sobre el hecho de que en muchos pacientes la enfermedad progresa de manera asintomática, ocasionando que puedan transmitir el virus a otras personas, expandiendo así la enfermedad. “Solo el 10% de la población está diagnosticada, por lo que se necesitan más controles y facilitar el acceso al diagnóstico. Los médicos también deben tenerla en mente para solicitar el diagnóstico”. La buena noticia que aporta Gadano es que, “afortunadamente,contamos en la actualidad con tratamientos efectivos para todo el universo de pacientes con hepatitis B crónica”.
La hepatitis C es una enfermedad del hígado causada por el virus del mismo nombre (VHC). El virus puede causar hepatitis aguda o crónica, cuya gravedad varía entre una dolencia leve que dura algunas semanas y una enfermedad grave de por vida. Se transmite a través de la sangre y es una causa importante de cáncer hepático. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que en el mundo hay 71 millones de personas con infección crónica por el virus de la hepatitis C. Los antivíricos pueden curar más del 95% de los casos de infección. En la República Dominicana, datos de la organización CDA a través de su Observatorio Polaris dan cuenta de que en 2016 se estimaba en 68,000 el número de enfermos, de los que solo el 12% había sido diagnosticado y solo un 1% estaba en tratamiento.
La hepatitis B es una infección vírica que afecta al hígado y puede dar lugar tanto a un cuadro agudo como a una enfermedad crónica. De acuerdo con las estimaciones de la OMS, 257 millones de personas padecían infección crónica por el virus de la hepatitis B en 2015. En ese año, se calcula que murieron por su causa alrededor de 890,000 personas. La hepatitis B se puede prevenir mediante vacunas que son seguras, fáciles de conseguir y eficaces, y mediante tratamiento profiláctico con antivíricos durante el embarazo.Las estadísticas dominicanas que recoge la organización CDA reflejan que, en 2016, se estimaba en casi 180,000 personas las afectadas por esta enfermedad, un 2% del total de la población.