MOSCÚ (Sputnik) — Unos 500.000 tiburones pueden ser sacrificados en aras de la producción de vacunas contra el COVID-19, alertó el grupo de protección de los tiburones Shark Allies, con sede en California.
El escualeno, que se produce en el hígado de tiburón, forma parte de algunas posibles vacunas anti-COVID. La farmacéutica británica GlaxoSmithKline (GSK) utiliza actualmente escualeno de hígado de tiburón para crear adyuvantes para vacunas contra la influenza. La compañía comunicó en mayo que se proponía producir 1.000 millones de dosis del compuesto para el posible uso en vacunas contra el coronavirus.
Según declaró Shark Allies al periódico Telegraph, para vacunar a todas las personas del mundo con una dosis de la vacuna anti-COVID que contenga escualeno, se necesitará matar unos 250.000 tiburones o el doble, si cada persona necesita dos inyecciones.
Sin embargo, GSK comunicó que la compañía está “comprometida con el medio ambiente y estudia fuentes alternativas de materias primas siempre que sea posible”.
A principios de julio, las autoridades del Reino Unido firmaron un acuerdo con dos farmacéuticas, la francesa Sanofi y la británica GSK, para el suministro de hasta 60 millones de dosis de una vacuna contra el COVID-19 que sería elaborada por estas empresas. Para finales de este año, las empresas esperan comenzar la tercera fase de los ensayos clínicos de la vacuna.
En abril, Sanofi y GSK anunciaron que aunarían los esfuerzos en el desarrollo de una vacuna contra el coronavirus. Se informó que Sanofi iba a aportar al proyecto su antígeno COVID-19 a partir de la proteína S-100 basado en tecnología de ADN recombinante. GSK a su vez proporcionaría la tecnología adyuvante, un complejo de sustancias para mejorar la respuesta inmune.
La combinación de un antígeno proteico con un adyuvante es un método bien establecido que se utiliza en muchas vacunas. Además, el adyuvante demostró su eficacia en pandemias anteriores.
Fuente: Sputnik