Cuando se trata del colesterol alto, tendemos a evitar las grasas, y especialmente, las grasas saturadas. Tenemos tan asumido que estas contribuyen al desarrollo de enfermedades cardiovasculares que no dudamos en excluirlas de nuestra dieta cuando queremos reducir el colesterol. Un nuevo estudio, no obstante, apunta a otro componente más dañino.
La hipercolesterolemia familiar (HF) es una enfermedad genética que hace que quienes la padecen tengan niveles entre dos y cuatro veces más altos de colesterol de lo normal. Pues bien, si durante décadas se ha recomendado eliminar las grasas saturadas de la dieta a quienes la sufren, un equipo internacional de científicos pone en duda la eficacia de hacer eso.
“Hemos cuestionado el fundamento de las recomendaciones dietéticas de la HF basándonos en la ausencia de apoyo a la hipótesis dieta-corazón y en la falta de pruebas de que una dieta baja en grasas saturadas y colesterol reduzca los problemas coronarios en los individuos con HF”, sostienen los científicos en su trabajo.
En su lugar, los investigadores apuntan a los carbohidratos o, dicho de otra forma, al azúcar en el que se acaban convirtiendo, como principales culpables del colesterol elevado.
Tal y como recoge el medio Medical Express, el principal autor de la investigación, David Diamond, y sus colegas, dicen que llevar una dieta baja en carbohidratos es lo más eficaz para personas con mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, ya se trate de sobrepeso, hipertensión o diabetes.
Estas conclusiones están respaldadas por otra investigación publicada recientemente que mostraba pruebas claras de que se debe reducir antes el consumo de los alimentos que aumentan el nivel de azúcar en sangre (como el pan, las pastas o los dulces) que de aceites tropicales o comidas de origen animal.
Fuente: Sputnik