¿Lavar o no el pollo crudo? 5 consejos útiles para evitar una peligrosa intoxicación alimentaria

¿Lavar o no el pollo crudo? 5 consejos útiles para evitar una peligrosa intoxicación alimentaria

Lavar el pollo debajo del grifo, descongelar los alimentos sobre la encimera, pensar que el calor lo destruye todo: son algunos de los errores más comunes que cometemos a la hora de cocinar y que pueden ser peligrosos para la salud, puesto que aumentan el riesgo de sufrir una intoxicación.

¿Lavar o no la carne cruda?

Lavar el pollo y, en general, la carne cruda antes de cocinar puede ser peligroso porque su superficie está contaminada con microorganismos que pueden propagarse por la cocina si la carne se lava debajo del grifo.

Para evitarlo, se recomienda tener un recipiente que se use exclusivamente para lavar la carne cruda y evitar que se produzcan salpicaduras que puedan manchar las superficies de la cocina y otros alimentos.

Descongelar los alimentos sobre la encimera

“Es una mala práctica porque por muy fresca que tengamos la cocina nunca estará por debajo de 18 grados“, observa la nutricionista Beatriz Robles, entrevistada por el diario Huffington Post.

Según la especialista, el alimento entra en contacto con el aire caliente y a esas temperaturas pueden desarrollarse los microorganismos.

La nutricionista recomienda descongelar los alimentos en la nevera o en el microondas.

Cubiertos para cocinar

Es importante que los cubiertos estén limpios cuando el alimento ya cocinado se retira del fuego.

Si uno le da la vuelta al filete crudo con un tenedor y luego retira ese filete ya hecho con el mismo tenedor, se produce una contaminación cruzada, explica Robles.

De nada serviría que la alta temperatura hubiese destruido los microorganismos de la carne porque volverían al ser tocada de nuevo con el tenedor.

Tampoco se recomienda usar el mismo cuchillo ni la misma tabla para todo.

“Es una mala práctica y además es especialmente peligrosa cuando manipulamos alimentos crudos sobre la tabla y luego ponemos encima un alimento que no va a tener ningún tratamiento térmico”, dice la nutricionista y pone como ejemplo un trozo de carne y un tomate.

“Los microorganismos del primero pueden contaminar perfectamente al segundo que no va a pasar por una fuente de calor”, añade.

¿El calor lo destruye todo?

Es verdad que el calor destruye los microorganismos, pero puede haber excepciones.

“Tenemos que tener en cuenta que cuanto mayor sea la carga microbiana de un alimento, más posibilidades hay de que alguno de esos microorganismos sobreviva al calor. Así que cuanto menos contaminado esté, más seguro es”, explica Robles.

En particular, al manipular un filete con las manos sin lavar, lo estaríamos ensuciando y exponiéndolo a un mayor riesgo.

¿Tenemos las manos limpias en casa?

El estar en casa no significa que tengamos las manos limpias porque a menudo entramos en contacto con las superficies que también tocamos con las manos sucias cuando llegamos a casa desde la calle o que usamos fuera de casa.

“El lavado de manos es la primera barrera en esta pandemia [del COVID-19] y también al manipular alimentos. Si no lo hacemos, todo lo que hagamos a continuación no va a servir de nada porque trabajamos con unas manos que están inevitablemente contaminadas. Al fin y al cabo, vivimos rodeados de microorganismos”, advierte Robles.

Fuente: Sputnik