Lee esto si quieres evitar la barriga hinchada

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Si últimamente sientes que siempre estás cansada, te hinchas después de comer y te sientes pesada, es hora de prestar atención a tu alimentación e introducir algunos cambios en tu rutina. Hablamos con Carla Oates, fundadora de la marca The Beauty Chef, escritora y experta en tips y recetas de cómo aprovechar los probióticos y superalimentos para presumir de piel y mejorar tu salud con la dieta, y nos ha dado 5 sencillas claves para terminar con la hinchazón y las digestiones pesadas.

Toma nota ¡y a presumir de vientre plano!

Vientre plano
GETTY

“Una buena digestión depende de más cosas además de elegir una alimentación sana”, reconoce la experta. “Comer demasiado rápido, mucha cantidad, muy tarde por la noche, o comer cuando ni siquiera tenemos hambre puede alterar nuestra digestión, reducir nuestra capacidad para absorber nutrientes y ralentizar nuestro metabolismo”.

Según explica Oates, comer cuando estamos muy estresados o distraídos también puede influir en la digestión y causar problemas como gases, hinchazón, sensación de falta de energía e inflamación. Estos sencillos tips que recomienda te ayudarán a evitarlo además de acelerar tu metabolismo, dormir mejor, una piel más radiante, un sistema inmunitario más fuerte y hasta mejor humor.

1. Bebe, bebe y bebe: Empieza tus mañanas con un buen vaso de agua templada con vinagre de manzana sin filtrar para poner en marcha tus jugos gástricos. Mantente hidratada todo el día tomando tés de hierbas con agua filtrada que ayudan al sistema digestivo, como tés de jengibre, menta, hinojo o camomila. Recomiendo los suplementos Inner Beauty Boosts , de The Beauty Chef, para una dosis extra de cuidados para tu piel. Intenta tomar alrededor de 2 litros de agua al día, pero evita las bebidas muy frías.

The Beauty Chef
CORTESÍA DE LA MARCA

2. Come con los ojos primero: Hacer que tu comida tenga buena pinta estimula tus glándulas salivales y esa es la primera fase de la digestión, la fase cefálica, que puede ponerse en marcha solo con pensar en comida, olerla o verla. Empieza por apreciat los colores y aromas de tu comida para poner en marcha los jugos digestivos antes del primer bocado.

3. Una cita con tu plato: ¡Se acabó el comer con prisa! Pon la mesa y planea sentarte a comer tranquila y conscientemente. Eso significa sin pantallas, sin reuniones y sin leer al mismo tiempo. Haz un par de respiraciones para calmar tu sistema parasimpático antes de empezar a comer. Después toma un segundo en silencio para agradecer a aquellos que han plantado, hecho, transportado y vendido lo que vas a comer. [Por último] saboréalo.

4. ¡El acompañamiento importa! Las comidas crudas contienen enzimas digestivas que ayudan a procesar lo que llega a nuestro estómago, así que incluir algunas verduras de hoja verde o hierbas a cada plato ayuda a la digestión y a mejorar la salud intestinal. Añadir un poco de jengibre rallado también estimula el movimiento de los músculos del estómago y tiene un efecto antiinflamatorio. Un poco de chucrut como acompañante de también ayuda a la digestión y ayuda a equilibrar la flora intestinal.

5. Escucha a tu intestino: Presta atención a tu “otro yo” simbiótico, o sea tu microbioma y escucha lo que te dice sobre tus hábitos de alimentación y niveles de energía. Las sensaciones en tu estómago te pueden dar muchas pistas de que alimentos debes evitar. Los culpables habituales suelen ser las comidas procesadas que incluyen harina blanca y azúcar refinada, grasas saturadas, gluten y lácteos. No olvides que los distintos tipos de bacterias se alimentan de distintos nutrientes, así que para una mejor digestión asegurate de tener una alimentación muy variada. Fuente: People