Con la llegada del verano boreal, el helado se convierte en una delicia popular para refrescarse en el hemisferio norte. Sin embargo, el exceso puede ser dañino para la salud, explica la terapeuta Olga Kashubina.
Si uno está completamente sano y no tiene contraindicaciones para comer algo frío, por ejemplo enfermedades de las encías o los dientes, se puede disfrutar del helado casi sin limitaciones, aclaró.
La especialista señaló que lo más importante es controlar el consumo de azúcar.
“El daño más importante del helado es el azúcar que contiene. Cuando uno come helado, debe controlar el contenido de azúcar para no exceder la ración diaria”, afirmó, al detallar que vale la pena comer este producto dulce como postre.
Debido a la gran cantidad de azúcar, el helado puede arruinar los dientes de los niños, advirtió.
“El helado puede tener un mal efecto en la salud de los dientes, provocando caries”, explicó y recomendó a los niños cepillar los dientes después de comer.
El helado se hace de la leche, por eso puede presentar un peligro para las personas alérgicas a los lácteos y para las que carecen de su propia enzima lactosa.
“Si uno es hipersensible a la leche porque carece de su propia enzima lactosa, después de un helado puede experimentar síntomas desagradables en los intestinos. En ese caso, es mejor comer una pequeña cantidad de helado. No es peligroso a menos que seas alérgico a la leche. Pero como regla, las personas que son alérgicas a la leche nunca comen helado”, indicó Kashubina.
Según la médica, es poco probable resfriarse después de comer un helado. La voz ronca se debe a la congelación de las cuerdas vocales. No es peligroso para la salud y no afectará al bienestar, aseguró Kashubina.
“El helado no es capaz de reducir la temperatura corporal tan dramáticamente para que una persona sufra una diferencia de temperatura”, finalizó.
Fuente: Sputnik