Los científicos han descubierto el modo de no solo prevenir la obesidad, sino también de revertirla con la ayuda de un fármaco. Puesto que la obesidad acarrea en muchos casos distintos tipos de cáncer, el descubrimiento también podría ayudar en la lucha contra esta condición.
Investigadores del laboratorio de Craig Tomlinson en el Centro Médico Dartmouth Hitchcock en New Hampshire hallaron que el bloqueo del receptor de hidrocarburos de arilos (AHR) es muy eficaz en la lucha contra la obesidad. Los resultados del estudio fueron publicados en el International Journal of Obesity.
Este receptor está presente en virtualmente todas las células y es principalmente responsable de detectar un amplio rango de sustancias tóxicas, pero también juega un papel importante en el metabolismo del cuerpo en general. Además de tener un impacto significativo sobre el desarrollo de la obesidad, el bloqueo del AHR no mostró efectos adversos.
“Realizamos experimentos que mostraron que cuando un fármaco llamado NF, conocido por bloquear el AHR, fue añadido a una dieta alta en grasas, los ratones no se volvieron más gordos que los que seguían una dieta de control baja en grasas”, dice Tomlinson.
Mientras tanto, los ratones que seguían la dieta alta en grasas y no tomaban el NF se volvieron muy obesos en el mismo lapso de tiempo. En el transcurso de este experimento no se observaron efectos negativos del medicamento.
Luego, el equipo preguntó si el bloqueo del AHR con NF podría no solo prevenir la obesidad sino también revertirla. Entonces, permitieron que los ratones se hicieran obesos con una dieta alta en grasas y luego la mitad de los ratones fueron cambiados a la dieta alta en grasas que contenía el bloqueador del AHR.
Durante las siguientes semanas, los ratones que comían grasas pero tomaban el medicamento bajaron al mismo peso corporal que los ratones con la dieta baja en grasas. Una vez más, no se observaron efectos negativos.
Según explicaron los científicos, estos efectos del NR se deben al hecho de que bloquean en el AHR los genes responsables por el metabolismo de la grasa. Razón por la cual, al quedarse bloqueados en las células del hígado y la grasa, el AHR no logra inducir los genes clave que se requieren para formar y almacenar la grasa.
En la actualidad, los autores continúan sus experimentos para averiguar qué compuestos alimenticios activan el AHR contribuyendo a la obesidad y qué papel desempeñan las bacterias intestinales en estos procesos. Al mismo tiempo, los investigadores comenzaron unas pruebas clínicas para determinar si su descubrimiento podría usarse con fines terapéuticos para tratar la obesidad.
Fuente: Sputnik