Aboga por implementación de medidas que garanticen seguridad de la población y no afecten la industria del entretenimiento, considerando que la mayor cantidad de atracos y asaltos no se producen en horas nocturnas.
Santo Domingo, D.N.- El seguro candidato del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) Abel Martínez, aseguró que la resolución 007/22, del Ministerio de Interior y Policía que prohíbe la venta y consumo de bebidas alcohólicas en establecimientos comerciales de la provincia de Santo Domingo, refleja una vez más la improvisación y el desconocimiento por parte del gobierno para combatir la delincuencia.
A través de un comunicado de prensa Martínez señaló que este tipo de medidas son motivadas por la falta de políticas y acciones efectivas, así como por ausencia de gerencia de las autoridades para enfrentar la inseguridad ciudadana que definitivamente, a su juicio, se les ha salido de control.
“Los barrios y sectores de todo el país, sienten que el Gobierno los ha abandonado, los ha dejado a su suerte, lo que ha empujado a jóvenes y personas de diferentes edades a vivir la triste realidad de tener que salir a las calles a delinquir y despojar a otros ciudadanos, de sus bienes y pertenencias, llegando en ocasiones a la medida más extremas de arrebatar vidas”, expresó con altos niveles de preocupación Abel Martínez.
El líder político advirtió al oficialismo que no traten de desviar la atención de la gente con dicha resolución, puesto que, en gran medida, “la delincuencia ha tumbado el pulso a las autoridades, por la falta de oportunidades, el desempleo, la carencia de inversión pública, el abandono de los planes sociales y el deterioro de servicios básicos que requiere la población”.
El miembro del Comité Político del PLD llamó al gobierno a escuchar las opiniones de los sectores económicos que confluyen en torno al mundo del entretenimiento, para que se tomen medidas que no afecten los empleos que genera ese segmento productivo y también se evite llevar a la quiebra una cantidad importe de negocios.
El alcalde de Santiago consideró que cerrar negocios formales y establecidos de diversión con domicilios conocidos, puede abrir espacios a que surjan fiestas clandestinas, donde los niveles de seguridad son completamente ausentes, generando potenciales zonas de conflictos violentos entre ciudadanos.