El partido político la Fuerza del Pueblo apoya las medidas adoptadas por el Gobierno dominicano para resguardar la frontera con la puesta en marcha de la Operación Gavión; entiende que la comunidad internacional debe actuar de manera urgente e ir en auxilio del vecino país.
“La amenaza de Haití es de presión migratoria, quieran o no estos países tendrán que involucrarse para encontrar una solución a la situación Haití”, dijo este jueves el secretario de asuntos internacionales del partido tras ser abordado respecto a la inacción de algunos países como EE.UU.
Lea aquí la declaración íntegra de la Fuerza del Pueblo ante la inédita crisis por la que atraviesa Haití.
El asesinato del presidente de la República de Haití, Jovenal Möise, el 7 de julio del presente año en circunstancias aún no aclaradas, fue el detonante que agudizó la violencia y profundizó el estado actual de ingobernabilidad que se expresa en una suerte de disolución del Estado haitiano, el cual ha perdido el control de su territorio a manos de bandas armadas que siembran el terror y el caos.
Un magnicidio, no importan las circunstancias políticas e institucionales, representa un acontecimiento de alto impacto que socava la estabilidad y la seguridad del país en el que se produzca. Como es de conocimiento de la Comunidad Internacional y de nuestro país, Haití viene arrastrando desde hace más de tres décadas el agravamiento de sus condiciones económicas, sociales, políticas, institucionales y ambientales que se constituyen en crisis recurrentes, centrales, permanentes y estructurales y que, junto a medidas de políticas externas han hecho colapsar principalmente su aparato productivo agrícola que desde hace décadas lo colocó en una situación de inseguridad alimentaria grave.
Según una nota de la agencia EFE del 14 de julio de este año, el coordinador Sub-regional para Mesoamérica y Representante de la FAO en Panamá y Costa Rica, declaró que “… el 48% de la población de Haití, [..] un país con alrededor de 11 millones de habitantes, pasa “Hambre Pura”. Esto significa una inseguridad alimentaria grave, derivada de fenómenos climáticos y sociales”. Lo anterior significa que alrededor de 5 millones 280 mil ciudadanos haitianos están padeciendo inseguridad alimentaria grave, situación de la cual el experto considera que es una “pésima expectativa” de mejorar a mediano y largo plazo.
Ese fenómeno que se ha agravado junto a otros factores que se agregan a la actual crisis y que se manifiesta como ‘vacío de poder constitucional’, se ha profundizado después del magnicidio del presidente Möise con el control que ejerce la presencia de la federación de pandillas la G-9 que disputa con eficacia un amplio espacio territorial de la capital Puerto Príncipe, y cuya membresía se estima en más 3 mil hombres fuertemente armados.
En las últimas semanas la situación ha llevado la crisis haitiana hacia su internacionalización con el secuestro de diecisiete misioneros de nacionalidad estadounidense y canadiense por parte de la pandilla ‘400 Mawozo’ que tiene su base de operación en la comunidad Croix-des-Bouquets, que está alrededor de 34 kilómetros de la frontera Jimaní, provincia Independencia, en el Suroeste de República Dominicana. Igualmente, con el enfrentamiento directo del líder de la pandilla G9 Familia y Aliados, Jimmy -Barbecue- Cherizier contra el Primer Ministro de Haití Ariel Henry, llegando, incluso, a conminar al primer ministro a renunciar a su posición o de lo contrario lo haría de manera sangrienta.
A esto se agrega el control de la ruta número 4 en Martissant que conduce a los departamentos del Sur, Sudeste, Nippes y la Grand-Anse, partiendo casi a la mitad el territorio haitiano. Todo ese tétrico cuadro socio-político que se potencia por la actual inercia gubernamental que preside el Primer Ministro Henry y la inacción del sistema multilateral y de las grandes potencias, a su vez, consolida el poder de la federación de pandillas la ‘G9 Familia y Aliados’.
Este peligroso cóctel de problemas complejos no solo repercute en Haití, sino que representa una problemática de alto riesgo para la República Dominicana, razón por la cual la Fuerza del Pueblo, ciñéndose en su conducta política nacional e internacional, a los principios de ‘inviolabilidad de la soberanía y de no intervención’ consignados en el Art. 3 de la Constitución dominicana, e igualmente apegado al principio de no intervención en los asuntos internos de otros Estados como lo estatuye el artículo 2, inciso 4, capítulo I de la Carta de Naciones Unidas, propone lo siguiente:
PRIMERO: Ante tal ‘vacío de poder constitucional’ en la coyuntura actual y la consecuente profundización de la crisis social y política en Haití, la Fuerza del Pueblo entiende que la comunidad internacional debe actuar de manera urgente e ir en auxilio con ayuda humanitaria alimentaria para socorrer a los más de cinco millones de ciudadanos haitianos que están padeciendo de “Hambre Pura”.
SEGUNDO: Que desde el ámbito multilateral de Naciones Unidas (ONU) y la Organización de Estados Americanos (OEA) y de otros importantes organismos regionales, se analice la inédita crisis estructural y de coyuntura por la que atraviesa Haití centrada en la particularidad haitiana, y se diseñen potenciales estrategias de apoyo institucional en la cual se contemple no solo el ‘Enfoque de Seguridad Regional’, sino que, además, y principalmente, estén acompañadas del “Enfoque de Reconstrucción Económico, Social e Institucional’. Objetivos estos últimos contemplados en la evaluación post terremoto del año 2010 que apoyaron diversos organismos multilaterales.
TERCERO: En el plano nacional, La Fuerza del Pueblo apoya las medidas adoptadas por el Gobierno dominicano para aumentar la vigilancia estricta en la frontera, mediante la “Operación Gavión” y la apertura con ingreso controlado a los mercados binacionales que eviten la profundización del padecimiento alimentario en el vecino país.
CUARTO: Que como complemento a la seguridad militar fronteriza dada la presencia de pandillas fuertemente armadas en Haití, se deben diseñar escenarios preventivos en el orden policial, migratorio y humanitario que resguarden al país de potenciales y previsibles consecuencias no deseadas.
QUINTO: Que ante el ‘tranque institucional y el limbo constitucional’ en el que se encuentra el vecino país, sugerimos que el Gobierno dominicano mantenga un observatorio permanente que permita el monitoreo y seguimiento de la crisis en el vecino país.
SEXTO: Que ante esta crisis se adopte un ‘Enfoque de Seguridad Multidimensional’ que significa tomar en cuenta todos los componentes que inciden en la dinámica de las relaciones bilaterales y, dentro de ellas, la activa dinámica de las relaciones bilaterales fronterizas. Con ese propósito, involucrar en una estrecha coordinación a las distintas instancias gubernamentales responsables para el enfrentamiento efectivo de factores como el ‘Tráfico Ilícito de Migrantes y Trata de Personas’, el ‘Tráfico de Armas Pequeñas y Ligeras’; la crisis humanitaria alimentaria, la sanitaria relacionada con los temas fito y zoosanitarios y, particularmente, la relacionada con la presente pandemia de la COVID-19, entre otros.
SEPTIMO: El emprendimiento de una activa y coherente estrategia diplomática ante los organismos multilaterales, regionales y bilaterales que elaboran la toma de decisiones y/o influyen en ellas y que tendría como propósito monitorear aspectos decisionales que puedan afectar los intereses de la República Dominicana. De manera particular, sugerimos acudir a la presidencia mexicana del Consejo de Seguridad que actualmente ostenta ese país hermano para que la inédita crisis nacional e internacional de Haití sea incluida en la agenda de ese organismo multilateral.
Y OCTAVO: La Fuerza del Pueblo, cuyo presidente y líder es el doctor Leonel Fernández, ex presidente constitucional de la República, hace un llamado a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) de emprender diligencias que activen la búsqueda de una solución multilateral urgente ante el drama por el que atraviesa Haití.