Guillermo Moreno aseveró que las condiciones no están dadas para hacer la reforma fiscal que se impulsa desde el Poder Ejecutivo, motivo a que este gobierno carece de la legitimidad social porque, contrario a lo prometido, no ha convencido a la ciudadanía de haber enfrentado con la determinación necesaria el despilfarro, los privilegios y la malversación de fondos públicos.
Moreno explicó que el Estado tampoco ha hecho más eficiente y de mejor calidad los servicios básicos que brinda el Estado, “viéndose la ciudadanía obligada, como ha hecho siempre, a complementarlo con dinero de su bolsillo”.
El presidente de Alianza País (AP) expresó que por estas circunstancias la sociedad percibe que cualquier nuevo impuesto que se establezca será otra fuente para el enriquecimiento de la nueva casta perremeista y “para mantener funcionarios ociosos brindando servicios públicos ineficientes”, afirmó.
Moreno expresó que, por estas razones, la reforma fiscal debe hacerse en dos momentos sucesivos. En un primer momento el gobierno debe disponerse a “ordenar la casa”, es decir, tomar medidas para acabar con toda forma de despilfarro de recursos públicos y de toda fuente de corrupción.
Consideró que el gobierno también debe ponerle término a toda fuente de privilegio y revisar una por una las exenciones, exoneraciones y subsidios que conforman los llamados gastos tributarios y eliminar todas aquellas que en este momento no se justifican.
Moreno es partidario de que en esta primera acción el gobierno desarrolle una cruzada contra la elusión y evasión fiscal, incluyendo el pago retroactivo de los patrimonios ocultos en paraísos fiscales que evadieron pagar sus cargas tributarias. Esta medida debe ser acompañada de una ley que penalice con prisión la evasión fiscal.
De igual modo, propone que el gobierno reúna a las empresas mineras para renegociar “los leoninos contratos que les benefician”. A su vez, impulsar un movimiento regional para la renegociación de la deuda externa para garantizar mejores condiciones de pago.
El presidente de AP afirmó que el impulso de estas acciones devolvería a la población parte de la confianza y la credibilidad perdida, lo que le daría al gobierno la autoridad política y la legitimidad moral para, en un segundo momento, exigirle a la sociedad pagar nuevos impuestos.
Moreno advirtió que esas nuevas cargas impositivas deben ser principalmente de impuestos directos y progresivos, “focalizados en la riqueza y no cargándoselos, como se hace siempre, a las costillas de los sectores medios y populares”.