El vicepresidente del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), Guillermo Caram, expresó este jueves que el país requiere de una reforma fiscal que no sólo se enfoque en el aumento de las finanzas públicas, si no que priorice el incremento de la producción y la creación de nuevos puestos de trabajos.
“Mas allá de lo que han sido las reformas fiscales del pasado, concebidas únicamente para equilibrar las finanzas públicas, la que se necesita ahora sin menoscabo de ese propósito, deben priorizar la reactivación de la producción generadora de puestos de trabajo, severamente golpeados por la pandemia y su mal manejo”, establece Caram.
El exgobenador del Banco Central entiende que con el aumento de la producción y el empleo, las recaudaciones mejorían vía los impuestos a la producción y a las ventas del comercio a personas que trabajan y manejan ingresos.
En ese orden, afirma que las estadísticas de mercados de trabajos como las que detallamos a continuación, son escalofriantes:
- Antes de la pandemia, el número de desocupados abiertos era de 294 mil.
- La seguridad social registra durante la pandemia una desafiliación de 344 mil.
- La informalidad total fue de 2 millones 532 mil.
Caram indica que la suma de estos valores, significa que tres millones 270 mil dominicanos carecen de condiciones dignas de trabajo caracterizadas por acceso a los servicios provistos por la seguridad social,? que generan mayor demanda de servicios al Estado con el consecuente aumento de gastos.
“Teniendo en cuenta que tenemos 2 millones 700 mil familias, esto significa que todas las familias dominicanas están afectadas por estas condiciones de trabajo. Y aún más, en cada familia dominicana hay 1.2 personas afectadas por la pandemia de la mala calidad del empleo”, lamentó.
Señala que está situación tenderá a agravarse, ya que el 52% de las empresas, según detalla la revista Forbes, se verán precisadas a despedir personal exponiendo incluso la estabilidad social y política del país.
Guillermo Caram reitera que para detener esta tendencia se requiere de una reforma fiscal que procure el aumento de la producción y la generación de puestos de trabajo; que debería contener, indefectiblemente, revisión del gasto para mejorar su calidad y simplificación tributaria para disminuir impuestos y tasas. Y eliminar discrecionalidades y contrabandos.