El político hace un símil de la carta del Papa Francisco donde habla sobre el agravamiento de situaciones por la pandemia, tales como:
1. Hambre que expele la salida de hogares para procurar alimentos, imposibilitando obedecer los llamados a recogimiento;
2. Desempleo y/o falta de trabajo fijo que ocasionan falta o insuficientes ingresos para comprarlos, obligando, ante la falta de almacenamiento en despensas, a los pobladores, salir a buscarlos diariamente;
3. Usura y/o especulación por parte de inescrupulosos aprovechándose de precariedades y pánicos sembrados;
4. Violencia detonante causada por irritación e indefensión ante ejercicios ineficaces, irresponsables y privilegiados de autoridades;
5. Delincuencia impulsada por desesperanzas e impunidades ante delincuencia de cuello blanco.
Indica que prepararse para el después implica encarar lo de ahora sin volver a lo de antes, reclamando requisitos compatibles con un liderazgo renovado y preparado para encarar nuevos retos y desafíos.
Inspirado ahora en la intervención de Fernando Capellán, establece que se debe tomar en cuenta:
1. Estar ampliamente informado a través de servicios de inteligencias económicos y tecnológicos de cómo avanzan y evolucionan internacionalmente las sociedades y las economías, así como las reacciones de los gobiernos para administrarlas
2. Creatividad para concebir soluciones diferentes a los problemas de antes. Al decir de Einstein. “No podemos obtener resultados diferentes si seguimos haciendo lo mismo”.
3. Audacia para implementar e implantar nuevos esquemas de comportamiento y acciones, venciendo rutina y ortodoxias propias de acomodados en un establishment que teme o ignora los nuevos retos y desafíos que puedan presentar el mundo post pandémico.
4. Capacidad de Innovación, apuntalándola desde nuestro sistema de enseñanza, hoy aferrada a modelos de aprendizaje en obsolescencia ante avances científicos y tecnológicos imprescindibles para la productividad y diversificación.
5. Conformar con lo anterior regímenes de competencia nacional para alcanzar competitividad internacional.
Manifestó que finalmente se debe abandonar la mediocridad y mezquindad inspiradoras de celos y afán de protagonismo en una burocracia incapaz de subsistir dentro de regímenes políticos desprovistos de privilegios alcanzados al manejar recursos del erario que aportamos ciudadanos.