Oposición propone diez puntos para recuperar credibilidad y confianza

Oposición propone diez puntos para recuperar credibilidad y confianza

Santo Domingo.- Ante la crisis electoral y política que vive el país, trece partidos de oposición propusieron diez puntos para recuperar la credibilidad y la confianza durante el cierre de la marcha por la democracia de este domingo.

Estos puntos estan contenidos el el manifiesto a continuación, leído en Altar de la Patria:

Proclama de 13 partidos políticos y organizaciones sociales en la Gran Marcha por la Democracia.

Nos congregamos hoy, en el mes de la patria, para proclamar nuestra firme e irrevocable decisión de luchar para restaurar la institucionalidad democrática hecha pedazos por quienes se han erigido por encima del interés nacional buscando perpetuarse en el poder y seguir apropiándose impunemente una alta proporción del ingreso nacional.

Esta marcha es una contundente demostración de la indignación y la consternación producida por el descarado asalto al sistema electoral ejecutado el 16 de febrero recién pasado para impedir que la ciudadanía patentizara la fatiga y el hartazgo que han generado los abusos del patrimonio público y el secuestro y la manipulación de las instituciones,

Nunca en la historia de esta nación se había producido una confluencia de 13 partidos, de distintas concepciones ideológicas y programáticas, y con tan distintas candidaturas, tres de ellas presidenciales, con numerosas organizaciones sociales. Para decirle a todo el que quiera escuchar que nos mantendremos alertas, en coordinación, para rescatar la institucionalidad democrática e imponer el imperio de la ley y de los principios democráticos. Entiéndase bien, esta es la marcha por la democracia !!! Bajo la consigna “mi voto se respeta”!!!

Se planificó y ejecutó un bloqueo de las elecciones municipales cuando vieron que sufrirían en las urnas uno de los más dramáticos rechazos de la historia electoral dominicana. Porque el cuerpo social viene mostrando fatiga por los abusos del Estado, por la inseguridad ciudadana, el crecimiento de la desigualdad que arrincona gran parte de la población y la condena a la pobreza, y por los más altos niveles de corrupción e impunidad, que incentivan la delincuencia en todas sus expresiones.

El asalto de las elecciones municipales forma parte de una cadena de intentos por quebrantar la institucionalidad democrática, que se han venido estrellando contra la herencia libertaria sembrada por los trinitarios y padres fundadores de la República, y abonada por la sangre y el sudor de los dominicanos y dominicanas en 176 años de historia republicana.

Durante más de dos años intentaron comprarse una segunda reforma constitucional reeleccionista, proclamando abiertamente un inmoral mercado de compras de legisladores, pero se encontraron con la firme voluntad de nuestros partidos, la resistencia de nuestros legisladores y la determinación de las más diversas expresiones de la sociedad civil.

Obligado el presidente a capitular, empezaron a manosear otro intento de reforma constitucional que pretendía reunificar las elecciones municipales con las presidenciales y congresuales, buscando colar la eliminación del mandato constitucional de sólo dos períodos de gobierno y nunca más.

Aferrados al poder no vacilaron en apelar a los mayores abusos del Estado en las elecciones primarias del partido gobernante, montando un público mercado de compras de votos y cédulas paras imponer un delfín como candidato presidencial, a costa de una profunda división.

Aun así, con desproporcionada prepotencia, el mandatario invitó a que se fueran de su partido todos los que quisieran, proclamando que con los que quedaran él, sin ser candidato, va a ganar las elecciones. Fue un juramento ominoso, indicativo de su disposición a pasar por encima de todas las instituciones y de la voluntad ciudadana.

Esa determinación lo llevó a proclamar días antes de las elecciones municipales, que no había forma de que pudieran perderla, invitando a sus parciales a activar una plataforma para perseguir a los empleados del Estado y a los beneficiarios de subsidios sociales para llevarlos a las urnas, burlando los principios constitucionales y legales. Después el presidente de la maquinaria se ufanaría en televisión de sus capacidades para identificar a quienes no acudan temprano a las urnas y perseguirlos.

Llegamos a la cita electoral del domingo 16 con los mismos abusos y extrema desigualdad en la propaganda, con recursos ilimitados por la extorsión a empresarios, especialmente suplidores y contratistas del Estado, y por el reparto de contratos grado a grado a empresas vinculadas hasta por 11 mil 500 millones de pesos.

La interrupción de la votación nos ha dejado en las cuatro esquinas del mundo, por tratarse de algo insólito, y ha avergonzado e indignado a gran proporción de la ciudadanía, especialmente a los jóvenes. Esos y esas jóvenes también hacen conciencia de su responsabilidad y en oleadas están comprendiendo que son ellos los más llamados a cambiar el curso de deterioro de la patria. Son ellos, con sus energías y nuevas ideas los que más tienen que aportar a la transformación que el país necesita y al rescate de los principios y valores éticos y cívicos que hemos venido perdiendo. Es particularmente relevante la participación de las mujeres, que cobra vigor en cada amanecer para romper una milenaria cultura de marginación y subordinación. Llegue a todos ellos y ellas nuestro reconocimiento y gratitud.

Ha sido también indignante que el Ministerio Público y la Policía Nacional subestimaran la inteligencia de toda la ciudadanía dominicana, al pretender derivar la responsabilidad del asalto electoral hacia la oposición política en un sainete que incluyó torturas y otras violaciones de la dignidad humana..

Reclamamos a los titulares de la Junta Central Electoral que cumplan las responsabilidades que le atribuye la Constitución de organizar elecciones libres, con equidad, objetividad y transparencia. En otras circunstancias el fracaso del 16 de febrero les habría obligado a renunciar, pero deben ser conscientes que tienen el crédito suspendido, y como dijo su presidente, están obligados a nacer de nuevo. Tendrán que comprometerse con una serie de garantías para que las elecciones reprogramadas para el 15 de marzo se celebren en un ambiente de equidad, sin la irrupción del gobierno, mediante un pacto político-social, que despeje la desconfianza predominante. Ese pacto cobra más importancia para las elecciones de mayo que pondrán en juego el control de los dos mayores poderes del Estado.

Queremos advertirle al gobierno, a la JCE y a todos los sectores influyentes que la vergüenza del pasado domingo no se puede repetir, y que aquí tendremos que escenificar un juego limpio, bien transparente, para evitar que la indignación que nos satura se prolongue hasta mayo y produzca un estallido. Aquí lo estamos proclamando, no como amenaza, sino como advertencia.

Daremos minucioso seguimiento a la investigación que han aceptado la Organización de Estados Americanos y la Fundación Internacional para Sistemas Electorales (IFES) para establecer responsabilidades en el colapso electoral del día 16, que como planteó el organismo hemisférico, tiene que ser completa y vinculante para el Estado y todos los sectores.

Para que podamos recuperar la credibilidad y la confianza, las organizaciones políticas y sociales convocantes de esta marcha proponemos lo siguiente:

1.- Que reconociendo la profundidad de la crisis político-social y la desconfianza predominante, nos aboquemos a la concertación de un gran pacto político-social para garantizar elecciones libres y equitativas, sin la irrupción del gobierno. El presidente de la República, Danilo Medina, como principal gerente de la campaña electoral de su partido, es parte de la crisis y debe ser compromisario del pacto y asumir la moderación y ponderación que corresponde a un estadista y jefe de Estado.

2.- Reforzar y acompañar a la JCE con veedores y consultores sociales de respeto y equilibrio, inobjetables, con asesoramiento externo, sobre todo en lo informático

3.- Buscar un equilibrio en la composición de las juntas electorales municipales, los funcionarios de los colegios electorales y los técnicos de apoyo.

4.- Que la JCE y el gobierno procuren que una misión de observadores de la Organización de Estados Americanos se mantenga en el país hasta que culminen las elecciones presidenciales y congresuales.

5.- Inmediata implementación de la Procuraduría Especializada para perseguir los delitos electorales, instituida en la Ley del Régimen Electoral, con la designación, por consenso de los partidos, de su titular y principales auxiliares.

6.- Elaboración de un protocolo de compromiso a ser asumido por todos los partidos, para proscribir, perseguir y condenar todos los delitos electorales, especialmente la compra de votos.

7.- Que los altos funcionarios salgan de la campaña electoral o que tomen licencia de sus cargos, y que el presidente de la República mismo asuma el papel de moderador y agente de equilibrio y entendimiento que corresponde a los estadistas.

8.- La suspensión inmediata de todos los repartos clientelistas y de interés partidista, que no sean los programas de subsidios sociales establecidos.

9.- Que sea suspendida toda la publicidad estatal de corte político

10.- Prohibición de las contribuciones de los contratistas y suplidores del Estado para evitar la extorsión.

Reafirmando la fe en el porvenir de la República y cumpliendo los compromisos establecidos en el protocolo que estos partidos publicamos el jueves 13 de febrero para hacer prevalecer la democracia, y colocando los intereses de la nación por encima de nuestras diferencias, frenaremos todo intento de fraude y desconocimiento de la voluntad popular. Rememorando al patricio Juan Pablo Duarte, podemos afirmar que “nunca me fue tan necesario como hoy el tener salud, corazón y juicio; hoy que hombres sin juicio y sin corazón conspiran contra la salud de la Patria. “

Que con nuestra conducta impulsemos a muchos ciudadanos y ciudadanas a abandonar la indiferencia y el pesimismo. Y que nadie se quede mirando por la ventana ni sentado en el quicio de la casa, cuando la patria reclama las energías y la solidaridad de todos los que anhelamos una sociedad fraterna, con instituciones fuertes para el desarrollo integral de esta nación, colocada en el mismo trayecto de los huracanes, pero también del sol que ilumina y vigoriza todos los seres vivientes.

¡VIVA LA REPUBLICA DOMINICANA!
Partido Revolucionario Moderno

Partido Fuerza del Pueblo

Partido Revolucionario Social Demócrata

Partido Reformista Socialcristiano

Partido Humanista Dominicano

Bloque Institucional Socialdemocrata

Alianza por la Democracia

Partido Quisqueyano Dem-Cristiano

Dominicanos por el Cambio

Fuerza Nacional Progresista

Frente Amplio

Partido de la Unidad Nacional

y las agrupaciones sociales Coalición Democrática por la Regeneración Nacional y Coalición por la Defensa de la Constitución.