Redacción AFP.- El papa Francisco autorizó oficialmente, a través de una ley, que las mujeres sean lectoras y acólitas en el altar, aunque ello no implica que puedan ser ordenadas sacerdotes, anunció este lunes el Vaticano.
Con un “Motu Propio”, una ley especial papal, Francisco formalizó la contribución de las mujeres en el altar y les reconoce dos funciones específicas durante las celebraciones litúrgicas, las cuales ya ejercían en muchos casos con la aprobación de los obispos.
Se trata de uno de los temas abordados en octubre del 2019 durante el sínodo (asamblea de obispos) dedicado a la Amazonía, durante el cual los obispos de la región habían recomendado otorgar a las mujeres laicas más funciones dentro de la Iglesia, los llamados “ministerios” debido a las dificultades registradas en zonas remotas, que carecen de sacerdotes.
“Estos ministerios laicos, al estar basados en el sacramento del Bautismo, pueden ser confiados a todos los fieles idóneos, sean hombres o mujeres”, subraya el papa.
La ley, en su versión de 1983, confiaba esos dos mandatos a “laicos”.
La norma oficializa lo que hasta ahora era permitido sólo como excepción, por necesidades pastorales en muchos lugares.
Si bien el papa permite que las mujeres lleguen al altar, sigue siendo reacio a cualquier forma de ordenación de las mujeres.
La idea fue debatida por los obispos de la Amazonía y cuenta con el apoyo de los prelados progresistas de Alemania.
En abril, el papa Francisco anunció la creación de una comisión de estudio para considerar la posibilidad de ordenar mujeres diáconos, un primer paso para ser sacerdote.
Los diáconos pueden casarse, pueden pronunciar el sermón en la misa, realizar bautismos, bodas y funerales.
Sin embargo, no pueden celebrar misa, dar la eucaristía ni absolver los pecados después de la confesión, funciones reservadas a los sacerdotes.
En una carta, el papa explicó que con su decisión se “amplía los horizontes de la misión de la Iglesia, evitando que se encierre en lógicas estériles destinadas sobre todo a reivindicar espacios de poder”.
El pontífice argentino está a favor de un mayor espacio para los laicos dentro de la Iglesia y en particular para las mujeres, sobre todo en sus instituciones.