Día Nacional de la Juventud ¿qué celebramos?

Día Nacional de la Juventud ¿qué celebramos?

Autor: Dániel Lajara  

El 31 de enero de cada año se celebra el Día Nacional de la Juventud en la República Dominicana en honor al sacerdote San Juan Bosco, quien es considerado como el “Padre y Maestro de los Jóvenes”.

Este padre católico dedicó su vida a educar a jóvenes de las calles y delincuentes de la Italia del siglo XIX.

El 27 de abril de 1993, durante el mandato del expresidente Joaquín Balaguer es cuando se promulga la Ley 20-93 que declara este día fiesta de San Juan Bosco como Día Nacional de la Juventud en la nación dominicana. 

Con esta ley también quedó instituido el Premio Nacional de la Juventud, máximo galardón que otorga el Estado dominicano a los jóvenes, el cual se realiza el 31 de cada año. 

Esta premiación es el mayor reconocimiento que otorga el Estado dominicano, a través del Ministerio de la Juventud, a los jóvenes que se destacan en sus comunidades por sus aportes al desarrollo del país.

Pero ¿realmente esta entidad Estatal cumple con la esencia, su rol y razón de ser? Si la respuesta que esperabas era afirmativa, lamento decepcionarte. 

Para comenzar, es importante resaltar que el artículo 30 de la ley 49-00 no se ha cumplido a cabalidad, puesto que hace referencia al Sistema Nacional de Juventud, que es el conjunto de  instituciones, organizaciones, entidades gubernamentales, privadas y/o de la sociedad civil que trabajan con y a favor de los y las jóvenes. Pero ¿ha sido eficiente esta responsabilidad? Al parecer, no. 

Sin dejar de mencionar, la incompetencia institucional que ha impedido la conformación estratégica y sostenible de las unidades municipales de juventud y de los consejos municipales y provinciales de la juventud. 

Este órgano, garantiza la participación y la inclusión social juvenil, desde una perspectiva integral y colectiva, con la finalidad de conocer la realidad de los jóvenes, desde los barrios más incógnitos y vulnerables del país, hasta los residenciales más agraciados en todos los sentidos habidos y por haber. 

¿Qué celebramos? La celebración de un premio anual, que de por sí filtra y reduce a 15 personas, las que son reconocidas en un pomposo acto protocolar, en el que asisten las más grandes e importantes figuras del país en materia de juventud. 

Desafortunadamente, esta institución estatal ha sido reconocida en los últimos años, por escándalos corruptos, por la falta se una administración íntegra y responsable. 

Recientemente, ha vuelto al ojo público, por la supuesta cancelación masiva de colaboradores y representantes de dicha institución, en algunos puntos del país, quienes alegan, no fueron notificados a pesar de que continuaban trabajando y que forman parte del partido político que se encuentra en el gobierno.

Todo esto nos invita a reflexionar, sobre una cruda realidad que nos arropa y que sin necesidad de alegar o suponer con la intención de dañar a alguien, lo único que hago es enviar un mensaje de advertencia y de alarma, a tu conciencia. 

¿Qué celebramos? El aumento de las cifras de muertes por accidentes de tránsito, por causa de la escasez de la promoción y rescate de los valores y principios, en los jóvenes dominicanos. 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que en República Dominicana, el 27% de las personas que mueren en accidentes de tránsito son jóvenes. 

Unas tres cuartas partes de todas las defunciones por accidentes de tránsito (73%) han sido de hombres menores de 25 años, los cuales tienen tres veces más probabilidades de morir en un accidente de tránsito que las mujeres jóvenes.

¿Qué celebramos? La falta de oportunidades de trabajo, que más que demandar experiencia, se destaquen por acompañar constantemente al joven en su etapa de aprender de su primer empleo. 

El 64.7% de los jóvenes entre 25 y 29 años que pertenecían al quintil de más bajos ingresos, no completó la secundaria, mientras que esa proporción fue de 22% en los jóvenes de la misma edad pertenecientes al quintil de más altos ingresos. La situación se precariza todavía más para el caso de las mujeres debido a los altos niveles de embarazo adolescente y de unión temprana, lo que explica que el 39.8% de las jóvenes haya abandonado la escuela por razones familiares.

La subutilización laboral de los jóvenes puede crear un círculo vicioso de pobreza intergeneracional y exclusión social. La falta de oportunidades puede desembocar en violencia y delincuencia juvenil.

Los contratos temporales, la subcontratación y los bajos salarios son factores comunes que sufren los jóvenes. Esta situación dificulta su estabilidad económica y el desarrollo profesional.

¿Qué celebramos? La masiva cantidad de jóvenes inmersos en los vicios tales como el alcohol, la marihuana, la cocaína y lo que está de moda, el vape mezclado con pen. 

El 63.8% de los jóvenes dominicanos había consumido alcohol alguna vez en la vida, el 48.6% lo hizo durante el último año y el 31.4% durante el último mes. El 12.8% consumió tranquilizantes alguna vez en la vida. El 10.9% fumó cigarrillos alguna vez en la vida y el 3.8% durante el último año. 

La droga más utilizada fue la cocaína con un 74.5%, luego le siguieron la marihuana con un 66.8%, el crack con un 50% y otras drogas ilícitas con un 12.5%. 

Según la última Encuesta Nacional Sobre Uso y Consumo de todos tipos de Drogas, en el caso de la marihuana y el éxtasis, los jóvenes empiezan a utilizar estas drogas entre los 12 y 15 años, mientras que los adictos a la cocaína, crack y morfina se inician a los 15 años.

¿Qué celebramos? La tasa de jóvenes que decidieron acabar con su vida a través de la práctica irresponsable del suicidio, por múltiples factores. 

La falta de inclusión de las iglesias evangélicas en la construcción de programas integrales de formación y carácter a través del conocimiento de la Biblia y de la inducción de una experiencia y relación sólida con Dios, ha creado en estas nuevas generaciones, carencias de afecto, crisis existenciales, depresión, ansiedad y esto provoca cometer suicidio.  

¿Qué celebramos? El importante número de jóvenes que ni trabajan ni estudian, denominados los famosos NINI. 

De acuerdo con los reportes de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), el 17.9 %  de los jóvenes no estudian ni trabajan (población nini),  para un total de 628,181 jóvenes en edades comprendidas entre 15 y 35 años.

¿Qué celebramos? ¿El porcentaje de jóvenes que decide partir a otro país de manera ilegal en búsqueda de algo mejor a lo que en República Dominicana tenemos? 

De acuerdo con un estudio de ANJE, el 66.1% de los jóvenes dominicanos de 18 a 21 años han considerado emigrar. 

La emigración dominicana se ha incrementado en los últimos años y se concentra principalmente en países de altos ingresos, como Estados Unidos y España. 

Factores que influyen en la emigración dominicana La falta de oportunidades, Los bajos salarios, El alto costo de la vida, La desigualdad social.

La tasa de desempleo entre los jóvenes de 15 a 24 años en República Dominicana fue de 23.6% en las mujeres y de 14.2% en los hombres. En febrero de 2024, la tasa de desempleo juvenil en el país fue de alrededor de un 26%. 

Algunos factores que contribuyen al desempleo juvenil son: La deserción escolar, Los contratos temporales, La subcontratación, Los bajos salarios. Estos factores dificultan la estabilidad económica y el desarrollo profesional de los jóvenes. 

El desempleo juvenil puede tener consecuencias económicas y sociales importantes, como la pobreza intergeneracional y la exclusión social. También puede derivar en violencia y delincuencia juvenil. 

Por otro lado, está el término “SIN-SIN”, jóvenes SIN las competencias requeridas por el mercado de trabajo, y SIN oportunidades para acceder a una vida digna y próspera.

Es importante resaltar las deficiencias estructurales de diversos programas ejecutados por los distintos gobiernos, los cuales, cambian dependiendo de la visión y los intereses del partido político de gobierno de turno. 

Es escasa la atención y el seguimiento, que recibe la población más vulnerable del país, en especial lo jóvenes que no concluyen la educación primaria; involucrados directa o indirectamente en pandillas, crimen organizado o en el microtráfico de sustancias ilícitas; y que viven en condición de extrema pobreza, por causa de desigualdades sociales y otros factores importantes. 

Con todo y esto ¿qué celebramos? Que a pesar de todas estas realidades y situaciones sociales por las que enfrenta la República Dominicana, es un país lleno en su mayoría, de gente joven trabajadora, íntegra, formada en valores, promotora de los buenos principios y valores y sobre todo, resguardada por la cobertura del todopoderoso Dios. 

Te invito, querido lector, a que seas parte de los espacios de participación e inclusión social sostenible, donde continuemos construyendo una mejor sociedad y un mejor país, donde disminuyamos las desigualdades y las escasas oportunidades y nos convirtamos en ciudadanos, cuyo enfoque, sea ser diferentes al sistema corrupto y detractor.