Por: Alejandro Grisanti
Jason Voorhees es el personaje principal de la serie de películas Viernes 13. Es un
psicópata, asesino serial que mata a la gente que entra en el campamento Crystal
Lake en momentos de plena felicidad de las víctimas. A partir de la tercera película
lleva puesta una máscara de portero de hockey para ocultar su rostro y tiene un
machete como arma principal para cometer sus crímenes. El recuerdo a esta película
es que, a escasas tres semanas de las elecciones, con una oposición unida en torno a
un candidato que lleva alrededor de 20 puntos de ventaja, con una elevada (y
creciente) disposición a participar, con una población cansada de la situación actual
y con un candidato/presidente con altos niveles de rechazo; vemos muy poco
probable que se celebren las elecciones el 28 de julio y que el gobierno simplemente
reconozca su derrota. Al igual que en la película de horror, no sabemos ni cómo ni
cuándo, pero esperamos que Jason aparezca con su machete y acabe con la fiesta
electoral. ¿Tendrá Jason la fortaleza de imponer un escenario o tendrá un error de
cálculo y sus víctimas podrán salir airosas? Ciertamente hay muchos escenarios y, a
tres semanas de las elecciones, cualquier cosa puede pasar.
Elección polarizada, oposición unida, poco informada y con deseo a participar
Revisando varias de las encuestadoras del país (Delphos, Consultores 21, Clearpath
Strategies), extrajimos los siguientes puntos que nos parecen importantes:
Los venezolanos están motivados para participar en las elecciones del 28J con la
esperanza de cambiar la dirección del país (66%). Los niveles de participación de los
venezolanos que aún hacen vida en el país son altos (66%-73%), y,
desafortunadamente, por todas las trabas que el gobierno impuso, la inmensa
mayoría que emigró, no va a poder votar. Tomando la cifra de la plataforma interagencial
para refugiados y migrantes (R4V) hay 7,8 millones de migrantes y refugiados
venezolanos en el extranjero, de los cuales al menos un tercio es menor de 18 años o
no estaba inscrito en el Registro Electoral Permanente al momento de salir del país.
De acuerdo al CNE, hay 21,4 millones de venezolanos registrados para votar, de los
cuales al menos 5,2 millones deben estar viviendo en el exterior, dejando en 16,2
millones la cantidad de electores en Venezuela. Si esperamos una participación de
70% (recordemos que en las elecciones Chavéz-HCR la participación fue de 80,2%),
para el 28 de Julio esperamos alrededor de 11,3 millones de electores.
A pesar de ser una figura nueva para la inmensa mayoría de los venezolanos,
Edmundo González Urrutia (EGU) ha establecido un perfil nacional sólido y ha
consolidado la unión del voto opositor. EGU cuenta con 96% de reconocimiento de
nombre y tiene una alta favorabilidad con 54%-38% de opinión
favorable/desfavorable, entre los “seguros de votar”, en marcado contraste con
Nicolas Maduro (NM) que mantiene un 35%-60% de opinión favorable/desfavorable.
María Corina Machado (MCM) que, de acuerdo a todas las encuestas, es la persona
que está liderando en esta oportunidad al movimiento opositor, ha logrado transferir
su base de apoyo a González Urrutia en más de un 90%.
La elección se ha polarizado entre EGU y NM, por lo que esperamos que la desviación
del voto opositor a otros candidatos será mínima. Adicionalmente, éste es el
momento en los últimos 20 años, donde la oposición luce más cohesionada y donde
por primera vez en mucho tiempo todos los principales líderes están llamado a
participar en las elecciones. Mas aún, cada uno de los obstáculos que ha puesto el
oficialismo en contra de MCM, la han terminado fortaleciendo en la medida en que
inesperadamente para muchos, no ha caído en la trampa de llamar a la abstención o
de separarse del camino electoral. Como dijimos al principio, hay muchos escenarios
posibles, y cualquiera de esos escenarios tiene una elevada probabilidad de
ocurrencia, pero de la misma manera la probabilidad de que la oposición haga un
llamado a la abstención luce muy reducido.
Edmundo González Urrutia (EGU) lidera la intención de votos con 56% (y subiendo),
con más de 20 puntos porcentuales por encima de Nicolas Maduro (NM) que tiene
35% de la intención de voto. La intención de votos de EGU ha seguido creciendo y la
de NM ha tocado un techo. Con esta intención de voto y una participación de 11,3
millones de votos, estamos esperando que EGU podría obtener alrededor de 6,3
millones de votos vs 4,0 millones de votos que obtendría NM. Es importante destacar
que el oficialismo ha mostrado ser más efectivo que la oposición en traducir intención
de votos en votos reales, por lo que pensamos que esta diferencia de 2,3 millones de
votos, podría reducirse a 1,6 millones de votos en caso de que los porcentajes de
participación sean menores al 70% aquí planteado. En cualquier caso, la ventaja de
EGU luce sólida, y de no haber sorpresas en el camino, debería traducirse en su
victoria el 28 de julio del 2024.
A 3 semanas de las elecciones el votante opositor no está bien informado. En una
encuesta digital a la que Ecoanalítica tuvo acceso, un porcentaje muy alto de
venezolanos no conocía que los principales partidos de la oposición habían sido
judicializados: 1) Al preguntarse si votando por las tarjetas de Voluntad Popular o
Primero Justicia el voto iría a EGU, el 30% de los venezolanos cree que es cierto que
las tarjetas de VP y PJ dirigen su voto a Edmundo González. Sólo el 17% está seguro
de lo contrario. 2) En el caso de Acción democrática, el 20% de los venezolanos cree
que la tarjeta de AD dirige su voto a Edmundo González y sólo el 25% está seguro de
lo contrario. 3) Entre votantes de Edmundo González, para estos mismos datos, los
coeficientes suben a 39% en el caso de VP y PJ, y a 24% en el caso de AD.
NM continúa controlando todas las instituciones, incluidos el Consejo Nacional
Electoral (CNE), el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), la Asamblea Nacional y la Fuerza
Armada Nacional Bolivariana (FANB). Es desde este férreo control institucional de
donde pueden venir acciones o sorpresas que afecten a la oposición. Es importante
destacar que este control lo ejerce hoy, pero en la historia venezolana son muchos
los ejemplos de cambio de posición de actores clave, en momentos donde se
produce un cambio en la presidencia de la República. Es decir, no esperamos
problemas de gobernanza si EGU gana la presidencia y se reconoce su triunfo. En su
lugar, esperaríamos reacomodos en el resto de las instituciones. De la misma manera,
es difícil entender hasta dónde puede llegar ese control institucional y si los poderes
del Estado están dispuestos a todo para mantener a NM en el poder. Es aquí donde
se producen errores de cálculo y, por ende, donde se generan nuevas oportunidades
para la oposición.
Existen tres grupos de acciones que NM podría accionar en los próximos días: 1)
Suspender las elecciones y realizarlas después de la elección presidencial en USA, 2)
Acciones que desincentiven la participación electoral, que dejen a la oposición sin
candidato o que rompan la unidad, y 3) Un fraude el 28 de julio, donde
independientemente de la intención de voto de los venezolanos, se anuncie como
ganador a Nicolás Maduro.
Veamos estos tres grupos de acciones a mayor profundidad.
1.- Que bajo cualquier excusa se suspendan las elecciones el 28 de julio. Ciertamente
en la medida en que más nos acercamos a la fecha electoral, la probabilidad de
posponer las elecciones luce menos probable. Esta acción, si bien no mejora
automáticamente la posición electoral del gobierno, sí podría retrasar la derrota
electoral, permitiendo profundizar puentes y dialogar con actores claves. Una ventaja
no menor para el oficialismo, es que podría llevar el evento electoral para después
de las elecciones americanas, y por ende cualquier acción que pueda tomar el
gobierno dentro del conjunto de los bloques 2 y 3 (que explicamos a continuación)
no sería alimento para el debate electoral dentro de la campaña de Estados Unidos.
2.- Son muchas las acciones que podría tomar el oficialismo para reducir la
participación ciudadana o romper la unidad de los opositores. Vamos simplemente a
enunciar algunas, entendiendo que se pueden aplicar más de una al mismo tiempo y
que la creatividad del oficialismo en términos de ingeniería/fraude electoral es muy
amplia. Entre las acciones que se pueden tomar están: a) Inhabilitar /descalificar a EGU
como candidato, b) Eliminar una o más de las tarjetas que apoyan a EGU y/o incentivar
a que estas tarjetas propongan nuevos candidatos, c) Cambiar arbitrariamente a
electores de sus centros de votación, d) Operación morrocoy: entorpecer el flujo de
votantes en los centros electorales donde la oposición es mayoría, e) No acreditar a
testigos electorales de la oposición, f) Uso de la fuerza pública, etc. Estas acciones se
suman a otras que ya ha realizado el oficialismo tales como: a) No permitir la
inscripción de nuevos votantes en el exterior, b) Dificultar la inscripción de nuevos
votantes en general, c) Complejizar la acreditación de testigos electorales, d)
Ubicación de centros electorales en lugares que difícilmente pueden ser asumidos
como neutros, etc. Sin conocer las acciones, es imposible calcular o simular cuál va a
ser su impacto en términos de votos y si la ventaja que tiene hoy la oposición es
suficiente para sobreponerse a estas dificultades y ganar la elección el 28 de julio.
3.- Es bien importante diferenciar la posibilidad que se dé un fraude en el conteo el
día de la elección a que la oposición pierda la elección por una o más de las acciones
descritas en el segundo grupo. El CNE ha publicado en el pasado reciente resultados
electorales sin ningún tipo de auditoría, que han dejado fuertes dudas sobre su
credibilidad y neutralidad. Ejemplo de ellos fueron la elección de la asamblea nacional
constituyente del 2017, la elección del estado Bolívar en 2017 o el reciente referéndum
por la defensa de Guyana. Sin embargo, el sistema oficial de conteo el día de la
elección cuenta con una auditoria que, de realizarse de manera adecuada (con una
muestra elegida de forma aleatoria y estadísticamente relevante), permitiría detectar
un fraude, si es que éste llegase a ocurrir. Es decir, si la auditoria se da como se debe
hacer y el CNE publica los datos por centros y mesas electorales donde tanto
oposición como oficialismo van a tener las actas para el conteo, no es posible realizar
un fraude en el conteo que pase desapercibido a la comunidad internacional. En este
caso pudiera haber fraude, pero no en el conteo, sino en todas las alcabalas
impuestas por el oficialismo para romper la unidad y desincentivar el voto opositor.
Hasta el momento, en Ecoanalítica hemos observado con interés el desarrollo del
proceso electoral. Hemos notado cómo se llevaron a cabo las primarias, en las que
resultó ganadora MCM y cómo comenzó la movilización del sector opositor. A pesar
de la inhabilitación de MCM y de la no inscripción de la Dra. Corina Yoris, EGU ha
podido iniciar su campaña oficial, superando en intención de votos a NM. No
intentamos explicar las razones detrás de las decisiones del oficialismo para dejar a la
oposición ganar este momentum. Es decir, vemos mucho optimismo, cohesión y
probabilidad de victoria por parte de la oposición. Sin embargo, al igual que en la
película de Viernes 13, esperamos que en cualquier momento aparezca Jason
Voorhees e intente acabar lo que podría ser una gran fiesta democrática.
De ser este el caso, no esperamos grandes cambios en el precio de los papeles
venezolanos dado que el mercado no ha acompañado las buenas noticias que se
han producido en las últimas semanas, lo que de alguna manera se traduce en que el
mercado tiene la misma desconfianza que tenemos nosotros de la posibilidad de una
salida de este régimen que sea institucional y democrática. Pero en caso de que la
misma se dé, todos creemos que el impacto positivo sobre la deuda venezolana y de
PDVSA será importante.