Por: Pavel de Camps Vargas
El asedio digital contra un candidato político puede ser un tema bastante complejo. Por un lado, podría reflejar la libre expresión de opiniones y críticas, que son fundamentales en cualquier democracia. Sin embargo, también puede cruzar la línea hacia el acoso, la difamación o la difusión de información falsa, contemplada en la Ley No. 53-07 sobre Crímenes y Delitos de Alta Tecnología, Artículo 21 y 22.
En la víspera de eventos significativos como la Nochebuena, estas acciones podrían tener un impacto mayor, ya que buscaba distraer de las festividades y tener un impacto emocional en el candidato y sus seguidores. Es crucial que existan límites claros y respeto por la dignidad y la privacidad de las personas, independientemente de su posición política. Además, este tipo de asedios digitales plantea preguntas sobre la responsabilidad de las plataformas de redes sociales en moderar el contenido y proteger a los usuarios de ataques injustificados o información engañosa. La transparencia y la equidad en estos procesos son esenciales para mantener un entorno digital saludable y respetuoso.
Este tipo de ataque puede tener varias características preocupantes:
Tiempo y Contexto Sensibles: El hecho de que ocurra en Nochebuena, un momento generalmente dedicado a la familia y la reflexión, podría ser una estrategia para causar un impacto emocional mayor tanto en el candidato como en sus seguidores.
Ataque a la Reputación: Si el candidato tiene una imagen positiva, el ataque puede ser un intento deliberado de dañar su reputación y disminuir su apoyo público. Esto puede incluir la difusión de información falsa o exagerada.
Cuestiones Éticas y Legales: Dependiendo de la naturaleza del asedio, podrían estar en juego cuestiones éticas y legales, especialmente si se cruzan líneas hacia la difamación o la violación de la privacidad.
Impacto en la Democracia: Ataques de este tipo pueden tener un efecto corrosivo en el proceso democrático, al desviar la atención de los temas políticos reales y centrarse en escándalos o conflictos personales.
Otro punto es podemos ver es la falta de propuestas reales, por lo tanto el asedio digital es bajar de nivel los procesos democráticos, la ausencia de críticas constructivas en los debate, nos indica un debilitamiento democrática. Las propuestas electorales deben y deberían ser siempre el centro de las conversaciones. Por otra parte dichas propuesta debería ser plasmada en un website en estos tiempos y la mayoría de los actores que aspiran a un cargo electivo carecen de este punto básico de cualquier aspiración electiva en un era de la hiperconectividad.
En resumen, aunque la crítica política es un elemento vital de la democracia, es importante distinguir entre el debate constructivo y los ataques personales malintencionados. La integridad y la veracidad de la información son cruciales, y debería haber esfuerzos por parte de todos los actores, incluidos los medios y las plataformas de redes sociales, para promover un discurso político sano y respetuoso.
Estamos a tiempo de elevar los debates y así podemos fortalecer la democracia que tanto ha costado en el tiempo.