Por Pelegrin Horacio Castillo Seman
Santo Domingo.- Vuelvo a reiterar, para que nadie se haga el sueco: no es un canal, es una provocación montada en torno a un litigio por un río limítrofe. El objetivo real es escalar los antagonismos nacionales y/o insulares en Haití, República Dominicana y entre ambas naciones.
Ariel Henry lo sabe, por eso instruyó a su equipo diplomático que viajó a República Dominicana a bloquear todo entendimiento. Hoy miente al decir que se declaró el cierre de la frontera mientras se negociaba: ya había salido la delegación haitiana para el aeropuerto a las 12 del mediodía, sin comprometerse a detener una obra-que nunca debió ser reanudada-, y esperar los estudios técnicos, porque saben que serán adversos. Sabía también que sus contrarios, entre lo que está Claude Joseph y Moise Jean Charles, estaban esperando un buen pretexto para derrocarlo, sobre todo después que Caricom declaró su “profunda decepción” por su desempeño y que se complica el envío de una fuerza de pacificación, pero nadie se pierda: vienen más provocaciones, incluso, sangrientas, cuyo objetivo último es generar escenarios convenientes para facilitar “una intervención humanitaria”, primero en Haití, y luego, si República Dominicana, se sigue resistiendo a convertirse en estado refugio de millones de haitianos que están siendo forzados a salir con violencia terrorista, y sobre todo, si se niega a entregarles la nacionalidad dominicana acerca de un millón, revocando la sentencia 168/13, cumpliendo la deleznable decisión de la Corte/CIDH y las demandas del Departamento de Estado @StateDept. Esté se encuentra dominado hace años por unas posiciones ideológicas de fuerte sesgo racialista y tras-humanista. De esta manera, entienden que se terminará imponer en forma definitiva, irreversible, la absurda y contraproducente “solución dominicana a los problemas de Haití”.
En el horizonte de ambas naciones está una nueva intervención y ocupación de la Isla, que con seguridad detonará un conflicto mayor que va a repercutir en todo el continente y el mundo. Esa intervención, está vez se hará con el cínico argumento de qué hay que “evitar una tragedia genocida”, que es precisamente, lo que han estado montando con fria y perversa deliberación, en contra de República Dominicana.