Santo Domingo.- El politólogo dominicano, Elvin Calcaño, afirmó que personajes como Javier Milei no surgen de la nada, tras haberse convertido en ganador de las elecciones primarias en Argentina.
“La época actual tiene grandes similitudes con el período de entreguerras del siglo pasado en el que tuvo su auge el fascismo. Aquel tiempo, como advirtió Gramsci, era de monstruos. ¿Por qué surgen estas épocas monstruosas?”, agregó Calcaño a través de la red social X, antiguo Twitter.
Dijo también que la racionalidad instrumental que guía la modernidad occidental tiende a la berbarie. De ahí que ni las bestialidades del Holocausto (crimen contra otro interno de occidente), ni las de las colonizaciones (crimen contra el otro extremo) fueron exteriores a esta racionalidad.
Indicó que “este sistema se orienta por una razón instrumental que, como dijo Arendt, confunde fines con el sentido de las cosas. Por eso es que el liberalismo que prometió libertad e igualdad terminó, hoy, habilitando una lógica neoliberal que si algo limita es la libertad e igualdad”.
El politólogo afirma que se ha puesto la política, el “actuar libre entre muchos” (Arendt), al servicio de fines económicos de grupos cada vez más reducidos. Así, la política ya no es un mecanismo para liberar y humanizar sino una forma de acumular poder y dinero de unos pocos privilegiados.
Indicó que hoy día, tiempo de miedo e incertidumbre donde coexisten múltiples formas de crisis, el malestar se está procesando en claves fascistas. Y de ahi los Milei, Trump y Bolsonaro. Esos monstruos. Porque la política se ha vaciado y economizado tanto que ya no dice nada a la gente.
De modo que es normal que aquellos que, desde discursos anclados en el populismo reaccionario, propongan precisamente destruir la política gocen de tantos apoyos transversales. No es que la gente se fascistizó; es que la lógica interna de este sistema conduce a esto…
Y, distinto al período de entreguerras, donde había movimientos socialistas, comunistas y socialdemócratas fuertes que podían rivalizar política y culturalmente contra el facismo, hoy se dispone de muy pocos mecanismos para enfrentar a los monstruos. Estamos casi desarmados.
“Sin embargo, si algo nos caracteriza a los progresistas es el optimismo. La irrenunciable convicción de que el mundo puede ser un lugar mejor y que vale la pena luchar por la gente. Si tenemos pocas herramientas para enfrentar a los monstruos debemos crear nuevas. Hagámoslo”, puntualizó.