Por: Pelegrín Castillo
Los acuerdos que firmó el Presidente Abinader con el Presidente Ali, de Guyana…deberán analizarse en profundidad, cuando se divulguen in extenso esos instrumentos…Sin embargo, podemos avanzar algunas valoraciones: Guyana es un miembro clave de Caricon, y pertenece además a muchos otros organismos del Continente. Caricon que es un grupo regional que siempre ha sido bien hostil a RD, por diversos motivos, hoy es liderado por Guyana, que ha adquirido mayor importancia en la región desde que las compañías petroleras, entre ellas la norteamericana Apache, encontrarán importantes yacimientos de hidrocarburos.
Guyana, con 217 mil kilómetros y menos de un millón de habitantes, multiétnicos, tiene un importante diferendo limítrofe por la zona de Esequivo con Venezuela, que reclama tres cuartas partes del territorio de la antigua colonia británica, y también con Surinam. Su extensión es casi tres veces mayor que la Isla de Santo Domingo, y su densidad demográfica una de las bajas del Continente. Necesita de inversiones para su desarrollo hidrocarburifero, agropecuario y turístico, y sobre todo, de alianzas económicas y diplomáticas, a pesar de pertenecer a la Mancomunidad británica.
República Dominicana, que cuenta con la economía más grande y moderna del Caribe, se encuentra en el centro mismo del “Mediterráneo Americano”, y Guyana, está enclavada en territorio continental, a partir del cual va subiendo el arco de islas de una región que esta llamada a beneficiarse de los procesos de relocalización de las cadenas de suministro, dentro las tendencias a la desglobalización que vive el mundo, que algunos prefieren calificar de regionalización, luego de la pandemia del COVID 19 y el relanzamiento de la política de bloques rivales, luchando por cambiar los balances del poder mundial…
Por lo menos, esa es la promesa de Estados Unidos a las pocas naciones del continente que forman parte del recién creado y esmirriado grupo Alianza para el Desarrollo en Democracia…que ya tuvo una baja sensible con la próxima salida del gobierno del Presidente Lasso, y que probablemente se vea más disminuido por la estrategia de China y sus aliados de seguir disputándole su hegemonía a los EEUU en el Gran Caribe…
Construir una refinería y un complejo petroquímico, es algo que requiere de grandes inversiones, pero que en estos tiempos críticos e inciertos podría ser de gran impacto en términos de seguridad energética y alimentaria. Es casi seguro que esos acuerdos se concebirán en alianza con el capital privado. Como es seguro también, que, en principio, el proyecto de sembrar maíz y soya-que para ser rentables requieren de grandes extensiones de tierra y mecanización-, podría garantizarnos un suministro estable de insumos para nuestra industria pecuaria…pero también son inversiones de riesgo que requerirán de alianzas públicas privadas. Quizás eso explique la amplia delegación del sector privado que acompañó al Presidente Abinader. Por otro lado, que Guyana nos asigne un bloque de exploración y explotación, podría ser valioso- ya lo propuso el Presidente Chavez al Presidente LF, que prefirió el acuerdo con PDVS-, pero de alto riesgo no solo económico y reputaciónal, sino político e internacional.
De todos modos, quedan flotando muchas interrogantes, tanto por las implicaciones del precedente que se marca…como por las tantas tareas pendientes de cumplir aquí…donde tenemos un enorme potencial que aprovechar en nuestros propios espacios terrestres y marítimos. Hay demasiado por hacer para asegurar justicia histórica al campo dominicano y sus gentes , mediante la implantación de una Nueva Ruralidad, así como grandes son las tareas pendientes para definir si tenemos o no hidrocarburos, objetivo nacional estratégico que tiene tantos enemigos aquí y en el exterior…Mientras tanto le sugiero al Presidente Abinader y al Ministro Almonte, que le requieran a Apache la entrega de toda data bruta de su reciente campaña, en un bloque de la Plataforma de San Pedro de Macorís…