La fiscal no tiene razón y el policía ya tiene quien le escriba

La fiscal no tiene razón y el policía ya tiene quien le escriba

Por: Daurin Muñoz

Queda como tarea la impericia evidente de nuestros agentes para reducir a la obediencia a una infractora atrapada “In fragranti” y que se resiste a toda admisión de que está en falta. Y también la condición de género como aparente “eximente de responsabilidad” por la expresión del comunicado de la Fiscalía de “además de su condición de mujer”, tema para la reflexión constitucional, jurídica, política y social.

Los policías actuaron acorde al protocolo

Debemos definir si los retenes fueron o no eliminados, porque la detuvieron en uno, además debemos preguntarnos el por qué en ese destacamento sólo estaba el oficial del día y faltaba el supervisor.
Repito, esos policías actuaron correcto.

El principio de autoridad no puede estar diluyéndose ante nuestros ojos, con mirada indiferente a veces y actitud convincente en otras ocasiones.

Esa fiscal andaba en falta, no estaba en labores y no se detiene, al contrario, aceleró el vehículo.

Agréguele a eso la siguiente pregunta: ¿Qué buscaba ella en ese vehículo, a esa hora y fuera de su jurisdicción?

Anda en un vehículo sin placa, le hacen la seña de que se detenga y no se detuvo, luego llegó haciendo el lío en el destacamento.

Andaba en un vehículo sin identificación y los policías no sabían que era fiscal.

“La mujer del César no sólo debe ser la mujer del César, también debe aparentarlo”. Esa fiscal se comportó de una manera muy distinta a como debería ser el comportamiento de una “honorable” miembro del Ministerio Público.