Jupía, un aplauso al buen cine dominicano

Jupía, un aplauso al buen cine dominicano

Por Mario Antonio Lara Valdez

Recibo invitaciones al mismo tiempo, pero me decido por ir al cine, en una tarde lluviosa ideal para ver la película dominicana Jupía y al final solo puedo decir que debemos asistir de forma masiva a las salas de cine para aplaudir de forma delirante como lo hice yo. 

Un relato muy interesante que envuelve de forma inquietante las más oscuras historias que nos han atormentado en el subconsciente, pero refleja realidades actuales que debemos reflexionar para despertar y poder valorar nuestros seres queridos. 

Resulta interesante ver como el séptimo arte comienza a lograr la consolidación deseada desde hace décadas con guiones bien elaborados y aportando experiencias en todas las áreas que componen una real producción cinematográfica realizada con el propósito de lograr premios internacionales.

Te invito a ver y colocar a prueba todos los sentidos para como este servidor levantarse aplaudiendo de forma automática, así como lleno de emociones ya que solo atinaba a decir gracias Leticia Tonos y Julietta Rodríguez por asumir el compromiso de elevar al máximo nivel la imagen de la República Dominicana en el área cinematográfica.

El desarrollo económico y social que envuelve cualquier producción cinematográfica debe recibir el respaldo constante del gobierno y sector empresarial, así como también elevar de forma masiva la asistencia de público al cine.

Propongo implementar en las escuelas públicas y privadas presentaciones de películas dominicanas y conferencias con nuestros productores, así como actores para crear conciencia ciudadana y empatía con la producción del cine local.

También propongo implementar un modelo de descuento como también un plan de promoción para las personas de tercera edad que deseen ir a las salas de cine porque debemos integrar a todos los ciudadanos en este mundo de historias reales y de ciencia ficción plasmada magistralmente en un guion para ser disfrutado donde nuestra imaginación puede volar desde comodidad que brinda un sillón del cine.