Día Internacional de la Salud Mental

Día Internacional de la Salud Mental

Por: María Hernández

Quienes se desplazan por las calles de la República Dominicana llegan a sus hogares con el estado emocional en baja y con impotencia, al ver la gran cantidad de personas cuya casa es la acera de una plaza,  la parte inferior de los elevados, cuevas, frentes de iglesias,  paradas de autobuses,  parques  en donde se bañan y tienden su ropa,  los frentes de supermercados, en fin, son innumerables los lugares de los que se han apoderado diferentes personas a las que se les califica como enfermos mentales y cuyas edades varían desde niños y niñas hasta adultos de ambos sexos y envejecientes.

El Día Mundial de la Salud Mental se conmemora, a nivel global, el 10 de octubre de cada año, por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y su principal objetivo es concientizar sobre los problemas de salud mental a nivel mundial.

Dentro de las últimas campañas de la OMS están, la de 2021, con el tema: Atención de la Salud Mental para todos: hagámosla realidad, en donde analizaron los daños colaterales que dejó la pandemia del Covid-19 sobre las personas en diferentes países y la República Dominicana no es la excepción, pero en este caso a estos enfermos no les han dejado otro camino que salir a pedir a las calles con sus grises ropas a las que el tiempo les ha cambiado el color. En 2020, además, la organización internacional de salud dedicó la fecha a analizar los daños dejados en las personas por los primeros casos de Covid-19, como lo indica la OMS, en su portal.

El pasado 7 de octubre de 2022, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) lanzó, también, una nueva campaña con la que intenta frenar el estigma hacia las personas que tienen problemas de salud mental, detalla la OPS en redes y portales de comunicación.

La indiferencia con que actúan las autoridades ante este mal, que ya se torna normal, hace que el problema se agudice.

Hay personas con enfermedades mentales que han sido echadas de sus hogares desde pequeños o se han escapado, sin que su familia pueda volverles a localizar,  situaciones que solo se producen en naciones tercermundistas en donde la prioridad del Estado no es la mejoría en la calidad de vida de sus ciudadanos,  muy por el contrario,  los hacen vivir situaciones de incertidumbre y desesperanza , con acciones como los despidos masivos cada vez que surge un nuevo cambio de gobierno, lo que hay que reconocer no sucedía desde hace 20 años.

Los problemas económicos o de salud de las familias de las personas también pueden influir en su conducta habitual y llegar a generar trastornos en diferentes áreas, según expertos.

Dentro de los factores que actúan como determinantes en los problemas de salud mental los especialistas citan la pobreza, las inequidades sociales, el estigma, la marginalidad, las barreras para tener atención oportuna y constantes violaciones a los derechos humanos de estas personas, según datos publicados por el periódico El Dinero, en 2020.

Este mismo medio informativo indica que de acuerdo a datos, no recientes (2014), del Ministerio de Salud Pública, señalan que cerca de un 20% de toda nuestra población padece trastornos mentales. Por eso usted escucha personas en las calles hablando solas, sacando un arma por un roce entre automóviles, lanzando basura a las calles por la ventana del vehículo, empujando a los demás, de manera violenta, en el metro, con música tan alta que molesta al vecino, feminicidios y familias de historial violento, entre otros inconvenientes que en personas mentalmente saludables pudieran controlarse.

En 2017, médicos especialistas y residentes del hospital materno más grande de la República Dominicana, el Hospital Universitario Maternidad Nuestra Señora de la Altagracia, asistieron a una  conferencia sobre actualización para tratar casos de Depresión en el Embarazo y en el Postparto, con el propósito de instruir al personal médico y en formación  a cerca del nuevo manejo clínico de las pacientes embarazadas que tengan problemas depresivos durante y después del embarazo, lo que se considera como un intento por ayudar a una población materna que sufre callada junto a su familia los daños naturales que pueden quedar después de traer a un bebé al mundo o antes de que nazca.

Al narrar algunas acciones en las calles que demuestran que las autoridades actúan de manera indiferente ante las personas con problemas mentales en las calles se recuerda que en una ocasión un compañero de trabajo salió corriendo porque se le estaba quemando su apartamento en la Lincoln. Lo que sucedió fue que un enfermo mental al que habían dejado vivir debajo de la escalera, de común acuerdo con los demás propietarios de los apartamentos, decidió ponerse a cocinar en el lugar y lo dejó prender.

Más recientemente, frente a una clínica de la avenida Independencia que se encuentra cerca de un centro de estudios, otro enfermo mental estaba hirviendo no sé qué debajo de un poste de electricidad, en plena acera, que no produjo un gran incendio por la intervención de los lugareños.

Sin embargo, hay manos caritativas a los que sí importa la suerte que corren estos seres humanos abandonados a su suerte como es la Iglesia San Pío X, que realiza cada tarde- noche una comida para repartirla entre los enfermos mentales e indigentes de los alrededores de la Zona Colonial que es una de las áreas por donde más deambulan los enfermos mentales, en el Distrito Nacional, a los que las alcaldías no prestan ninguna atención.

Hay que reconocer también el trabajo que realiza el doctor Félix Antonio Cruz Jiminián en favor de personas que padecen problemas mentales y otros a los que la pobreza solo les permite subsistir.

El gobierno de la República Dominicana, junto a todas las instituciones del área, y otras afines como el Ministerio de Educación deben utilizar los psicólogos que tienen en los planteles para que por los menos una vez a la semana dediquen tiempo a comunicarse con los padres y madres de los estudiantes y si es posible determinar cómo está la salud de esos padres que, en muchos casos, son los responsables de muchas inconductas y antivalores que manifiestan esos niños y jóvenes en las aulas.

Además, la construcción de un nuevo centro de reclusión moderno de personas con problemas de salud mental ayudaría a las familias de escasos recursos económicos y a otros, sin importar su condición social, y a dar un trato humano a los que solo tienen por hogar la calle y sus infraestructuras, bajo agua, sol y sereno.