Por Roberto Angel Salcedo
Al hablar de ciudades inteligentes, nos adentramos en un concepto emergente que compagina un tipo de desarrollo urbano con necesidades empresariales, institucionales y de los habitantes de un determinado territorio.
Desde 2004 en España, a través de su ministerio de industria, se inició un proceso de interrelaciones con más de 30 empresas de distintos ámbitos sectoriales (telecomunicaciones, construcción, seguridad, audiovisual, informática, educación, salud etc.) para así crear la primera “comunidad digital” que diera soporte a las aspiraciones de mejora en la producción de bienes y servicios; medir implicaciones y alcances.
Las ciudades inteligentes tienen su origen en las ciudades digitales, basan su desarrollo en el uso intenso y continúo de las tecnologías de la información y comunicación (TIC), en prestación de servicios públicos de alta calidad y calidez, seguridad, innovación, productividad, emprendimiento, participación, formación y capacitación.
Rudolf Giffinger, profesor, desarrollador de los más avanzados conceptos sobre “Smart Cities” y director del Centro de Ciencias Regionales de la Universidad Tecnológica de Viena, plantea que en la identificación y clasificación de ciudades inteligentes se concentran seis criterios principales o dimensiones: Economía, movilidad, medioambiente, habitantes, forma de vida y las características de su administración. Estos criterios se conectan a las teorías tradicionales de crecimiento y desarrollo urbano y se basan en las tecnologías de la información y la comunicación, en recursos naturales, competitividad, calidad de vida, en la economía de los transportes y en la capacidad de participación de los ciudadanos en la toma decisiones sociales y políticas de su ciudad.
Ejemplos de ciudades inteligentes
Tokio, Amsterdam, Singapur, Barcelona y Santiago de Chile, son algunas de las ciudades que mejor han logrado la integración de valores tecnológicos y de innovación en el propósito de mejorar la eficiencia de los servicios públicos. La capital japonesa ha sido un referente mundial en la implementación de programas de movilidad, en materia de energía y en el desarrollo de urbanizaciones inteligentes.
Como capital de los Países Bajos, Amsterdam ha logrado reconocimiento mundial en la implementación del programa “Luz Inteligente”, que consiste en un alumbrado público que ajusta la iluminación en función a la necesidad de donde se aplique. Las autoridades pueden adaptar la intensidad de la luz según el clima o cambiar su color. Y como aporte de eficiencia, las bombillas consumen menos energía que las tradicionales.
La capacidad mostrada por Singapur en el despliegue de una inmensa red de sensores conectados a internet para la recopilación de datos en tiempo real sobre el funcionamiento de la ciudad, la convierten un modelo auténtico de gestión inteligente. Su objetivo es el de utilizar la propia información servida de la dinámica urbana para actualizar y mejorar iniciativas que redunden en una mejora de la calidad de vida de sus ciudadanos. En términos prácticos, estos sensores permiten detectar riesgos por inundación, evitar congestionamiento vehicular, mayor información sobre el transporte publico, calidad del aire, disponibilidad de estacionamientos, entre otros.
Como una de las principales ciudades españolas y europeas, Barcelona ha concentrado sus esfuerzos en lograr su conversión tecnológica y digital en la instalación de más de 450 puntos de conexión inalámbrica de internet, logrando una de las mayores redes del todo el viejo continente.
La capital chilena puso en marcha el primer prototipo de ciudad inteligente; entre los aspectos más destacados de “Smart City Santiago” se encuentra la gestión de la red eléctrica, aumentando la eficiencia energética del sistema y el cuidado del medio ambiente. Esta iniciativa de desarrollo busca la integración de un centro de negocios múltiples de innovaciones tecnológicas como pantallas informativas, vehículos eléctricos, wifi público, controles de iluminación, edificios domóticos o automatizados, entre otros aspectos.
Bávaro, Punta Cana, Santo Domingo y otras ciudades dominicanas
En la zona turística de Bávaro, Punta Cana, se han tomado las primeras iniciativas en la transformación tecnológica de los servicios, integrando a los sectores empresariales en la búsqueda de soluciones integrales alsuministro de energía, medioambiente, facilidades en la movilidad automotriz con energía eléctrica; las perspectivas de un potencial desarrollo de servicios esenciales como agua, gas, recolección de residuos sólidos en edificios inteligentes, etc.
Con el avance en infraestructura, el desarrollo de las telecomunicaciones y la expansión económica, el Distrito Nacional, como capital de la república, debe conjuntamente con ciudades como Santiago de los Caballeros y Santo Domingo Este, abocarse hacia la digitalización de los servicios públicos. Aunque existen una multiplicidad de iniciativas conocidas desde hace algunos años tendentes a la incorporación de tecnología en el desarrollo de políticas publicas que se basen en el uso de internet de banda ancha, fibra óptica, así como la conformación de estructuras operativas que darían soluciones a problemáticas de alto impacto, como el tránsito, emergencias, vialidad, seguridad ciudadana, alertas preventivas y conectividad, es hora de que los planes comiencen a materializarse.
En un mundo híper conectado como el que vivimos, donde las herramientas de la tecnología de la información y comunicación son de uso continúo y sistemático, nuestras ciudades y sus servicios no pueden quedar detrás de los ciudadanos. Hoy, procuramos soluciones ágiles, eficientes, transparentes y en tiempo real. Es hora innovar, de colocar los beneficios que la tecnología ofrece y ponerlo a disposición de una población más abierta, más analítica y demandante. Es tiempo de que las principales ciudades dominicanas sean digitales, sean inteligentes.