La pandemia del Covid-19 ha afectado a todas las industrias, en mayor o menor medida, en todas las regiones del globo.
Desde que hizo aparición en occidente, a principios de marzo, el nuevo virus trastocó la mayoría de los procesos productivos y cambió el modus operandi de la práctica de los comercios, generando en muchos casos escasez de productos.
Lo que resulta poco conocido es la causa de muchos de estos desabastecimientos que, en múltiples casos, han conducido a incrementos en los precios. Esto obedece a la escasez de materias primas vírgenes para la producción, a lo que se suma la falta de materiales reciclados debido a la baja significativa de actividades de recolección, por culpa de la pandemia.
En Argentina, por ejemplo, los industriales han elevado la alarma de una baja en la oferta de insumos como el tereftalato de polietileno (PET), de entre un 30% y un 35%, un insumo necesario en la industria de bebidas gaseosas. En ese sentido, el presidente de la Industriales Pymes Argentinos (IPA), Daniel Rosato, señaló al diario argentino El Clarín, en septiembre pasado, su preocupación por el impacto de esta situación que agrava aún más la caída en las ventas del sector.
En tanto, en Estados Unidos, la caída en el suministro ha apuntado a uno de los productos favoritos de los estadounidenses: la cerveza. La pandemia afectó desde el mes de marzo la disponibilidad de botellas para esta bebida, debido principalmente al cierre de la mayoría de los programas de reciclaje, sumado a las compras de pánico por temor a escasez futura, pero también a una importante escasez de insumos del material que se viene arrastrando al menos desde 2019.
Además de los productores de cerveza, la escasez de vidrio también viene afectando en estos años a los bodegueros de vino, que se han visto desafiados para poder embotellar sus cosechas más recientes. Tal como apunta el medio argentino especializado en vinos El Malbec, parte de la escasez obedece a un alza sostenido en la demanda proveniente un aumento de la conciencia social que lleva a muchos fabricantes a migrar del plástico al vidrio, creando presión sobre una industria ya de por sí muy rígida y presionada que trabaja 24/7 todo el año.
“El proceso de fabricación de una botella de cerveza es relativamente corto y simple, pero los fabricantes ya tienen programas de producción y compromisos con otros clientes en otras industrias”, señalaba el diario Financial Post en una publicación pocos meses atrás.
Esta escasez incluso llegó a colocar una sombra de duda en los fabricantes de vacunas, que no tenían a mediados de año la certeza de si conseguirían materia prima suficiente para la distribución del medicamento una vez aprobado.
Sin embargo, en el caso de las cervezas, el problema poco después se mudó también a las latas utilizadas para envasar la bebida. De acuerdo con la revista Forbes, en su edición digital, varios de los gigantes de la industria cervecera han decidido reenfocar su producción para aprovechar la disponibilidad de latas hacia sus marcas de mejor venta, pausando o bajando la velocidad a las marcas de menor volumen.
Con la mayoría de las fábricas domésticas a plena capacidad, algunos fabricantes han puesto su mirada en otras regiones para obtener envases suficientes para sus cervezas.
Según señala el diario estadounidense USA Today, no solo las casas cerveceras sufren estas limitaciones. También los fabricantes de bebidas gaseosas reconocen un suministro muy ajustado de latas para sus productos, que atribuyen, de acuerdo con el medio, a una gran cantidad de norteamericanos comprando fardos para ser consumidos en casa, en lugar de ir a los restaurantes.
El rotativo destaca que no se trata de escasez de materia prima para la producción de latas de aluminio, sino de la falta de capacidad para fabricarlas al ritmo que ha crecido la demanda. De hecho, señala, algunos fabricantes han anunciado planes para construir al menos tres fábricas durante los próximos 18 meses, pero, advierte el medio, eso “no solucionará la crisis inmediata de suministro”.
“Al igual que los fabricantes no estaban preparados para una avalancha repentina de estadounidenses que compraban papel higiénico en los primeros días de la pandemia, los fabricantes de latas y las empresas de bebidas no estaban preparados para que el consumo de bebidas pasara del grifo [de los restaurantes] al hogar”, apuntó el USA Today en una publicación del pasado mes de julio.
Del otro lado del Atlántico, los fabricantes de bebidas mantienen ansiedad por la disponibilidad de envases para sus productos, no sólo para los actuales sino también para su producción futura.
Según el medio estadounidense The Ticker, en países como Alemania los fabricantes de cervezas muestran nerviosismo ante la situación que aún no tiene una solución a corto plazo. Pero la pandemia no ha hecho más que acelerar una crisis de demanda de latas que se pronosticaba desde antes de 2020. Sólo el mercado estadounidense proyecta un déficit de más de 10 mil millones de latas para este año y se estima que equilibrar la demanda podría tomar más allá de 2021.
En tanto, otras industrias también han afrontado desafíos en el suministro debido a la pandemia. La industria alimentaria se ha visto limitada en la cantidad de empaques para llevar sus productos a los anaqueles y gigantes tecnológicos han tenido que maniobrar para lanzar sus nuevos productos este año, con importantes retrasos, como resultado de cientos de fábricas chinas cerradas durante los primeros meses del año.
Todo esto pone de manifiesto que el Covid-19 dejará huellas en todas las industrias, que ahora aprenden a lidiar con nuevos ritmos de demanda y se adaptan para seguir entregando los productos que sus consumidores aman.