Reabren y Dedican el Templo Parroquial Nuestra Señora del Carmen y Jesús Nazareno en la Ciudad Colonial en su 105 Aniversario

Reabren y Dedican el Templo Parroquial Nuestra Señora del Carmen y Jesús Nazareno en la Ciudad Colonial en su 105 Aniversario

Santo Domingo, D.N. – En un ambiente lleno de fervor y profunda alegría comunitaria, la Parroquia Nuestra Señora del Carmen y Jesús Nazareno, en la Ciudad Colonial, celebró la Solemne Eucaristía de Reapertura y Dedicación de su templo parroquial, coincidiendo con la Fiesta de la Inmaculada Concepción y en el marco del 105 aniversario de su creación canónica.

La celebración fue presidida por, S.E.R. Mons. Piergiorgio Bertoldi, Nuncio Apostólico de Su Santidad en la República Dominicana, acompañado por S.E.R. Mons. Carlos Tomás Morel Diplán, Arzobispo Coadjutor de Santo Domingo. Concelebraron además el párroco, Rvdo. P. Carlos Manuel Abreu Frías, y sacerdotes invitados.

Una homilía centrada en la gracia y la misión de María

Durante la homilía, Mons. Piergiorgio Bertoldi ofreció una profunda meditación sobre el significado de dedicar un templo el día de la Inmaculada Concepción:

María como Arca de la Alianza. Señaló que, así como María llevó en sí la presencia de Dios, este templo renovado está llamado a custodiar al pueblo de Dios y a ser signo vivo de su gracia.

El misterio de la Inmaculada. Recordó que la Iglesia ha creído siempre que María fue preservada del pecado original por pura gracia divina y no por mérito humano, revelando la acción sorprendente de Dios.

Dios actúa donde menos se espera. Destacó que lugares humildes como Nazaret y Galilea fueron escogidos por Dios para iniciar la historia de la salvación, mostrando que su fuerza se manifiesta en lo pequeño y lo frágil.

La fe exige un salto confiado. María experimentó temor y desconcierto, pero eligió abrirse a Dios con una fe concreta, capaz de reconocer los signos que Él pone en el camino, como el embarazo de Isabel.

Caminar como María. Invitó a los fieles a dejarse transformar por la Palabra y a asumir la misión de vivir la comunión, la sencillez y la disponibilidad que caracterizan a la Madre de Cristo.

Un lugar con más de cuatro siglos de historia

La devoción a Nuestra Señora del Carmen en este lugar se remonta al siglo XVI. Desde 1592, la cofradía original radicada en el antiguo Hospital de San Andrés impulsó la construcción de la primera capilla. A lo largo de los siglos, este templo ha sido escenario de hitos religiosos y patrióticos: frente a este lugar de culto, Juan Pablo Duarte fundó en 1838 la Sociedad Secreta La Trinitaria, germen de la Independencia Nacional. En 1920 se erigió como parroquia. Desde entonces, destacados pastores han servido aquí, incluyendo a Mons. Francisco Panal y al futuro cardenal Octavio Beras.

Un templo que renace para seguir siendo casa de fe

La reapertura fue posible tras un amplio proceso de restauración, remozamiento e intervención, realizado con la ayuda de diversos benefactores.

Entre los trabajos realizados destacan:

·         Reparación del pavimento exterior y restauración de la verja.

·         Impermeabilización completa del techo y tratamiento del ladrillo interior.

·         Reseñado y pintura de paredes internas y externas.

·         Iluminación y restauración de la bóveda del presbiterio en piedra caliza.

·         Reconstrucción del coro de madera y del escudo de la Orden del Carmen.

·         Restauración de bancos, ventanales y piezas artísticas.

·         Instalación de nuevos equipos de sonido y climatización del templo.

Aún quedan pendientes algunas intervenciones menores, incluyendo puertas de cristal templado, adecuaciones sanitarias y la reparación del piso de mármol de la nave central, para las cuales la parroquia continúa recibiendo el apoyo de la comunidad y de instituciones amigas.

Un acto histórico para la Ciudad Colonial

Durante la celebración, se llevaron a cabo los ritos propios de la dedicación: la unción del altar y de las paredes del templo, la incensación, el revestimiento del altar y el encendido de las luces, símbolos de que la iglesia queda destinada para siempre al culto cristiano.

La comunidad parroquial, visiblemente emocionada, celebró con júbilo la reapertura del templo, que permaneció cerrado varios meses durante las obras.

El acto concluyó con la lectura del Acta Oficial de Dedicación, que será conservada en la Curia Arquidiocesana y en el Archivo Parroquial.

Agradecimientos

El párroco, P. Carlos Manuel Abreu Frías, expresó su gratitud a:

Mons. Francisco Ozoria, Arzobispo Metropolitano, el CEIZTUR, en la persona del Ministro David Collado y del Arq. Amín Abel Santos, la Alcaldía del Distrito Nacional, Patrimonio Monumental, ODESA, Powercomm. Ingenieros, arquitectos, artistas e instituciones involucradas, Las Hermanas del Perpetuo Socorro. Todos los fieles y bienhechores que hicieron posible esta obra histórica.