Monseñor Ozoria sorprendido por su destitución y acepta decisión de la Iglesia

Monseñor Ozoria sorprendido por su destitución y acepta decisión de la Iglesia

El Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo y Primado de América, Monseñor Francisco Ozoria Acosta, confirmó mediante una carta que ha sido apartado de sus funciones administrativas dentro de la Arquidiócesis de Santo Domingo, aunque mantendrá el título de arzobispo.

En su misiva, dirigida “a todos mis hermanos y amigos”, Ozoria explicó que la Santa Sede designó recientemente un Arzobispo Coadjutor, figura que él mismo había solicitado al cumplir 73 años, con la intención de garantizar la continuidad del trabajo pastoral antes de su retiro. Sin embargo, expresó su sorpresa al conocer que el nuevo coadjutor fue investido con “facultades especiales exclusivas” para manejar los asuntos económicos, financieros y administrativos de la arquidiócesis, así como la gestión del clero y del personal eclesiástico.

“Según esto, a mí me han dejado solo el título de Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo. Lo que menos me ha gustado, los títulos”, escribió el prelado, quien subrayó que durante sus 47 años como sacerdote y 28 como obispo ha servido con fidelidad y amor a la Iglesia.

Ozoria manifestó que, según las Letras Apostólicas recibidas, su suspensión se debe a una supuesta “mala administración”, algo que le tomó por sorpresa, ya que —según afirma— nunca fue advertido ni amonestado. “Dios es fiel y conoce mi conciencia. Ahí están los resultados”, aseguró.

El religioso recordó las palabras de su mentor, Monseñor Jesús María de Jesús Moya, quien le dijo al ser nombrado obispo de San Pedro de Macorís que “el obispo debe tener vocación de mártir”. También mencionó un encuentro con el cardenal Marc Ouellet, entonces prefecto del Dicasterio para los Obispos, quien le comentó en tono personal: “Usted tiene muchos enemigos”.

“Han vencido los enemigos”, lamentó Ozoria, al tiempo que reiteró su fidelidad a la Iglesia y su disposición a acatar la decisión del Vaticano. “Acepto en obediencia la decisión de la Iglesia. Yo me debo a la Iglesia, amo la Iglesia y obedezco a la Iglesia”, concluyó el Arzobispo Metropolitano, agradeciendo las oraciones y el acompañamiento de sus fieles durante su ministerio.