El vicepresidente ejecutivo de la Asociación Dominicana de la Industria Eléctrica (ADIE), Manuel Cabral, advirtió que la República Dominicana requiere con urgencia una planificación estructural del sistema eléctrico a 5, 10 y 20 años. Durante una entrevista en el programa Esto No Tiene Nombre, que conduce Roberto Cavada, el experto explicó que la demanda crece más rápido que la infraestructura y que el país está tomando decisiones reactivas, sin una hoja de ruta que permita estabilidad, confiabilidad y reducción de pérdidas.
Cabral señaló que el crecimiento acelerado de las energías renovables, la entrada de nuevas tecnologías, el aumento del consumo y la necesidad de reforzar la transmisión requieren un plan integrado y sostenido en el tiempo. Sin esa visión de largo alcance —dijo—, el país seguirá operando de manera improvisada.
Las pérdidas le cuestan al país USD 2,000 millones
Cabral subrayó que uno de los principales obstáculos para modernizar el sector es el impacto financiero de las pérdidas eléctricas. Señaló que, entre pérdidas técnicas y no técnicas, las distribuidoras han acumulado en los últimos años un costo superior a los 2,000 millones de dólares, cifra que calificó como “insostenible para cualquier economía”.
Explicó que estos recursos, destinados a cubrir ineficiencias, afectan la capacidad de inversión, distorsionan la tarifa eléctrica e impiden avanzar hacia un sistema más robusto. El funcionario insistió en que la reducción de pérdidas debe colocarse en la prioridad más alta de la agenda nacional.
Abastecer más demanda sin corregir fallas aumenta las pérdidas
El ejecutivo de ADIE explicó que, desde la pandemia, el país adoptó la política de abastecer casi el 100 % de la demanda energética para garantizar estabilidad social y económica. Sin embargo, advirtió que esa estrategia, aplicada sin resolver el problema estructural de la distribución, terminó disparando aún más las pérdidas.
Cabral indicó que “cuando se inyecta más energía en redes débiles, sin contadores, sin supervisión y sin controles adecuados, la energía servida termina convirtiéndose en pérdida”. Afirmó que el usuario percibe más apagones y menor calidad del servicio precisamente porque la estructura operativa no acompaña el incremento del suministro.
RD tiene que aprender las lecciones necesarias del blackout
Sobre el reciente apagón nacional, Cabral señaló que la República Dominicana debe extraer “las lecciones necesarias” para evitar que un evento similar vuelva a ocurrir. Explicó que el sistema dispone de mecanismos para aislar fallas, pero la magnitud del colapso revela debilidades que deben investigarse y corregirse.
El experto destacó que el país enfrentó el blackout sin apoyo externo, debido a que no está interconectado con otros sistemas eléctricos, lo que hace aún más urgente mejorar protecciones, fortalecer la infraestructura de transmisión y elevar la capacidad de respuesta ante eventos críticos.
Cabral concluyó que la modernización del sector eléctrico no depende únicamente de nueva generación, sino de un enfoque integral que incluya distribución, planificación, inversión y estabilidad regulatoria. “Sin energía confiable —dijo— no puede haber desarrollo.”

