El teólogo Frank Luis de la Cruz, profesor de la Escuela de Teología de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) y director de la Escuela de Teología Pastoral para Laicos de la Conferencia del Episcopado Dominicano, explicó en el programa Esto no tiene nombre los criterios que sigue la Iglesia Católica para declarar un dogma, a propósito de la reciente decisión del Dicasterio para la Doctrina de la Fe del Vaticano de no proclamar a la Virgen María como corredentora.
De la Cruz aclaró que, para que una enseñanza sea considerada dogma, debe cumplir con tres condiciones fundamentales: estar claramente sustentada en la Sagrada Escritura, haber sido reconocida y transmitida por la tradición de la Iglesia, y contar con la aprobación explícita del magisterio, es decir, del Papa y los órganos doctrinales que le asisten.
“Si alguno de esos tres elementos no se cumple, la Iglesia no puede declararlo dogma”, precisó el teólogo, al tiempo que recordó que los dogmas no son imposiciones arbitrarias, sino verdades de fe que la Iglesia propone como esenciales para la salvación.
El papel de María en el plan salvífico
Durante la entrevista, De la Cruz también abordó el papel de la Virgen María dentro del plan de redención. Señaló que María tiene una participación fundamental como madre de Cristo, al haber aportado el cuerpo y la sangre del Salvador, pero aclaró que ello no la convierte en corredentora.
“Ella fue la primera redimida. Si María misma fue salvada por los méritos de su Hijo, no puede ocupar el lugar del Redentor”, explicó. Con un ejemplo sencillo, comparó su rol con el de la madre de un prócer: “La madre de Duarte colaboró con la independencia, pero el Padre de la Patria sigue siendo Duarte”.
El teólogo enfatizó que María cumple un papel de intercesora y acompañante, y que su grandeza radica precisamente en su obediencia y humildad: “En Caná, ella no hace el milagro, solo dice ‘hagan lo que Él les diga’; ese es el modelo de fe mariana que la Iglesia enseña”.
Una aclaración doctrinal, no una restricción devocional
Al referirse directamente a la decisión del Vaticano, el profesor De la Cruz destacó que el documento oficial del Dicasterio establece que “es siempre inoportuno el uso del título de corredentora”, porque podría oscurecer la única mediación de Cristo y generar confusión entre los fieles.
En ese sentido, precisó que no se prohíbe la devoción personal, pero sí se evita elevar ese título al nivel doctrinal obligatorio. “La Iglesia no impide que un fiel, en su oración privada, vea a María como corredentora en sentido afectivo o espiritual. Lo que ha dicho es que ese título no puede ser declarado dogma, porque no cumple con los fundamentos teológicos necesarios”, explicó.
De la Cruz concluyó recordando que la decisión no reduce la importancia de María ni afecta su devoción popular, sino que reafirma su verdadero lugar: madre, intercesora y ejemplo de fe. “La Iglesia no quita a María del corazón de los fieles, solo reafirma que el Redentor es uno solo: Cristo Jesús”, sostuvo.

