Italia y Dinamarca lideran una gran petición, pues junto a otros siete países, solicitan mayor autonomía nacional. Quieren expulsar a los inmigrantes que han cometido delitos.
Estos nueve firmantes escribieron una carta solicitud, que busca iniciar un debate político profundo. Trata sobre las convenciones internacionales migratorias y consideran modificar la Convención Europea de Derechos Humanos, entre otros textos.
La primera ministra Giorgia Meloni habló claro el jueves. Ella y su homóloga danesa, Mette Frederiksen, explicaron la iniciativa, pues buscan reforzar las convenciones, no debilitarlas. Así pueden responder mejor a los desafíos actuales.
Meloni citó la Convención Europea de Derechos Humanos como ejemplo, que se firmó en Roma en 1953 y en ocasiones impide expulsar a inmigrantes, incluso si cometieron delitos graves.
Necesitamos textos que respondan a los ciudadanos y además, deben defender nuestros valores esenciales.
Frederiksen, líder socialdemócrata, estuvo de acuerdo con Meloni en todo. Comparten posturas duras en migración; a pesar de diferencias ideológicas, buscan dar seguridad a los europeos.
No podemos asegurar a nuestra gente ni a Europa sin controlar las fronteras, y ella afirmó esta necesidad urgente. La inmigración descontrolada exige acción comunitaria.
En conjunto, piden más autonomía nacional, desean decidir sobre las expulsiones y más libertad para controlar a quienes no pueden ser repatriados.
Meloni sentenció: “No más instrumentalización de derechos.” No los usen como arma contra nuestras fronteras, pues necesitamos libertad para rastrear criminales, sobre todo a los que no se pueden deportar.









