Este 8 de mayo se cumple un mes del colapso del techo de la discoteca Jet Set, una de las peores tragedias no naturales en la historia reciente de República Dominicana. El derrumbe, ocurrido la madrugada del 8 de abril durante una presentación del merenguero Rubby Pérez, dejó un saldo de 233 personas fallecidas y más de 200 heridas. A pesar del tiempo transcurrido, las causas del colapso aún no han sido oficialmente determinadas, y las familias de las víctimas continúan clamando por justicia.
Este jueves, familiares, amigos y miembros de la comunidad se congregaron en el lugar de la tragedia para rendir homenaje a las víctimas. Durante una emotiva misa, se elevaron oraciones por el descanso de los fallecidos y la pronta recuperación de los heridos. El sitio se ha convertido en un memorial improvisado, adornado con flores, fotografías y mensajes que exigen respuestas y responsabilidades.
El Ministerio Público incautó el local de la discoteca como parte de las pesquisas. Hasta la fecha, se han presentado al menos 25 querellas por parte de familiares de las víctimas y sobrevivientes. El empresario y propietario del Jet Set, Antonio Espaillat, ha negado cualquier negligencia de su parte y ha expresado su disposición a colaborar con las autoridades.
La Oficina Nacional de Evaluación Sísmica y Vulnerabilidad de Infraestructura y Edificaciones (Onesvie) informó que los trabajos de ingeniería forense avanzan, aunque aún no se han completado los estudios técnicos que permitirán determinar las causas del colapso. Parte de los escombros fueron trasladados a un solar en Santiago para su análisis.
Expertos han señalado que el exceso de peso en el techo, debido a modificaciones estructurales y la instalación de equipos pesados como luces y altavoces, podría haber contribuido al colapso. Sin embargo, estas conclusiones no son oficiales y se espera que las investigaciones en curso proporcionen una explicación definitiva.
La tragedia ha dejado una profunda huella en la sociedad dominicana. En municipios como Haina, donde muchas de las víctimas residían, el dolor es palpable. Familias enteras han sido afectadas, y la comunidad exige respuestas claras y acciones concretas para evitar que una catástrofe similar vuelva a ocurrir.
A un mes del colapso, la nación continúa en duelo, y las demandas de justicia y transparencia en la investigación siguen siendo una prioridad para los afectados y la sociedad en general.