En una reciente entrevista en el programa “Esto No Tiene Nombre”, Jorge Rizek, presidente de Rizek Recyclers, compartió su perspectiva sobre la controvertida modificación de la Ley General de Gestión Integral y Coprocesamiento de Residuos Sólidos, conocida como la 225-20. Rizek manifestó su sorpresa ante la propuesta legislativa, afirmando que “esto ha tomado por sorpresa a todo el sector involucrado en la industria de manejo de residuos sólidos”.
Rizek destacó que la modificación podría tener efectos adversos en la competitividad y sostenibilidad de las empresas del sector. “La propuesta busca alterar un equilibrio que existía entre el sector público y privado en la gestión de residuos, trasladando el poder de decisión a entidades estatales. Esto podría generar garantías irreales que obstaculicen el crecimiento de la industria”, advirtió.
Uno de los aspectos más alarmantes para Rizek es la redefinición del término “valorización”. En lugar de enfocarse en el reciclaje y la transformación de desechos en productos de valor, la nueva ley parece reducir este proceso a una mera segregación. “Se elimina la esencia del reciclaje, que requiere inversión y técnicas adecuadas”, explicó Rizek.
Gestión de vertederos y lixiviados
El presidente de Rizek Recyclers también expresó su preocupación por la propuesta de limitar a un solo vertedero por municipio. “Esto es problemático en regiones donde la infraestructura es deficiente. En Puerto Plata, por ejemplo, hay un vertedero que se incendia cada dos meses. No se han realizado estudios adecuados para justificar esta decisión”, señaló.
Asimismo, Rizek criticó la falta de atención a la gestión de lixiviados. “Las prácticas propuestas son obsoletas y ponen en riesgo el medio ambiente. Deberíamos estar implementando tecnologías que permitan un tratamiento adecuado de estos líquidos contaminantes”.
Definiciones Alarmantes
Rizek señala que el texto de la ley incluye definiciones que podrían ser perjudiciales. Por ejemplo, menciona que se consideran residuos orgánicos elementos como carnes y aceites vegetales. “Cuando hablamos de carne, no podemos ignorar la cantidad de desechos que generan más de 700 mataderos en el país, que producen una carga orgánica extremadamente contaminante”, explicó.
Asimismo, el manejo de aceites vegetales podría resultar problemático. “Una pequeña gota de aceite puede contaminar un metro cúbico de agua, y la ley sugiere que se puede desechar de forma adecuada sin proporcionar directrices claras para la población”, advirtió.
Un Proyecto Controversial
Este proyecto legislativo, que abarca 28 páginas, incluye cinco acápites que Rizek considera beneficiosos para el sector. Sin embargo, el resto del documento podría convertir el manejo de residuos en un monopolio con prácticas obsoletas. “La ley exige que solo se puede tener una planta de valorización si se cuenta con un vertedero, lo que deja fuera a las 200 plantas de reciclaje en el país”, afirmó.
Rizek también cuestionó si el proyecto fue elaborado con el debido acompañamiento técnico. “Esto parece una iniciativa privada de algunos grupos interesados. Se estima que el bono verde podría aumentar a más de 60 millones de dólares al año, beneficiando a unas pocas empresas a expensas del sector en general”, señaló.
Puntos Positivos
A pesar de sus críticas, Rizek identificó algunos aspectos positivos en el proyecto. “La unificación del criterio de fabricación para botellas es un avance, ya que permitirá un mejor reciclaje al reducir la generación de microplásticos”, dijo. También consideró positivo el llamado al diálogo y la creación de un bono verde que podría estructurarse en los mercados de valores.
Otro aspecto que Rizek ve favorable es el mecanismo de cobro de servicios de recolección de basura, que podría anexarse a la factura eléctrica. “Esto podría ayudar a resolver problemas de recaudación en las alcaldías, que en su mayoría dependen de asignaciones del gobierno”, explicó.
A medida que la modificación de la ley avanza hacia la Cámara de Diputados, Rizek hizo un llamado a los legisladores y al sector privado para que trabajen juntos. “Si no se busca un entendimiento entre los actores involucrados, corremos el riesgo de retroceder en los avances que hemos logrado en la gestión de residuos sólidos”, concluyó.
