Santo Domingo, – El Foro de Mujeres Periodistas Dominicanas ha calificado el discurso pronunciado por el pastor Ezequiel Molina como un acto de violencia simbólica y un reflejo de un pensamiento anacrónico. En su mensaje, el pastor presentó una visión desactualizada sobre la realidad de las mujeres dominicanas, lejos de la verdadera contribución que estas hacen a sus hogares y a la sociedad.
Las estadísticas revelan que las mujeres dominicanas lideran el 53% de los hogares, muchos de los cuales son encabezados por mujeres solteras. Estas mujeres no solo gestionan sus hogares, sino que también juegan un papel crucial en el ámbito económico, siendo propietarias de más de 600 empresas que exportan más de 1,400 productos, y dirigiendo el 52.6% de las Mipymes del país.
El discurso del pastor ha generado confusión y rechazo, ya que ignora el impacto positivo que las dominicanas tienen en la educación y en el tejido social. Constituyen el 60% de las matrículas universitarias y el 55% en educación técnica, mientras que casi la mitad de los préstamos del sistema financiero son solicitados por mujeres para impulsar sus emprendimientos y la educación de sus hijos.
El Foro también destaca que este tipo de discursos perpetúan estigmas que limitan la autonomía y el empoderamiento femenino. A lo largo de la historia, las mujeres han enfrentado opiniones similares que cuestionaban su capacidad de profesionalizarse y asumir roles de liderazgo, pero han demostrado que su educación y compromiso son fundamentales para el bienestar familiar y social.
Ante la urgencia de un diálogo nacional sobre los derechos de las mujeres, el Foro aboga por reformas en el sistema educativo y políticas que promuevan hogares corresponsables entre hombres y mujeres. Resaltan la necesidad de abordar temas como la violencia de género, el feminicidio y la falta de políticas de conciliación laboral y familiar.
El discurso del pastor Molina, lejos de ofrecer soluciones, refleja una iglesia que podría estar socavando la dignidad y autonomía de las mujeres, instando a una vida de sumisión y dependencia. Desde el Foro, se exige una iglesia que apoye a las mujeres en su búsqueda de éxito y que no castigue a aquellas que buscan ser un ejemplo digno para sus hijos e hijas.
Concluyen enfatizando que la lucha por la equidad y la justicia es una responsabilidad colectiva y que las mujeres dominicanas merecen un entorno que respete y valore sus contribuciones.