Después de gastarse la friolera de 6.2 millones de dólares en una obra de arte consistente en una banana pegada a una pared con cinta adhesiva, un empresario chino-estadounidense cumplió su promesa y se la comió este viernes. “Está realmente muy bueno”, comentó.
En un lujoso hotel de Hong Kong, Justin Sun, fundador de la plataforma de criptomonedas Tron, devoró la fruta delante de decenas de periodistas e ‘influencers’.
Antes de hacerlo, el empresario, de poco más de 30 años, ofreció un discurso en el que calificó la obra de arte de “icónica” y comparó el arte conceptual y las criptomonedas.