El Observatorio Nacional para la Protección del Consumidor (Onpeco) saluda la medida asumida por las autoridades para que los botellones de agua sean retirados de los espacios donde el calor deteriora su calidad.
Onpeco entiende que la medida, además de prevenir riesgos para la salud de la población, contribuye a despejar las aceras de los sectores donde los anaqueles colocados por las empresas distribuidoras entorpecen el libre tránsito de los peatones.
También precisa que las empresas embotelladoras de agua deben compartir responsabilidad de calidad y riesgos de la exposición del bien en los colmados.
El uso de los botellones para servir agua potable a los hogares es una práctica que se estableció en el presente siglo, ya que en los años 90 el agua era distribuida en botellones de vidrio y eran entregados a domicilio.
A finales de los años 90, se advirtió sobre los riesgos de envasar agua en plástico, debido a la posibilidad de contaminación al ser expuesta a los rayos del sol. Incluso hubo una advertencia para las personas que compraban agua embotellada en las calles, lo que provocó que ya no se expendiera de esta manera, como era usual en las principales avenidas.
Las personas ya han disminuido el consumo de agua en las calles, ofrecidas en botellas pequeñas, debido a las amenazas para la salud, derivadas de la potencial contaminación con micro plástico, expuesto a los rayos del sol, además de convertirse en desechos contaminantes del medio ambiente.
La preocupación por los botellones de agua expuestos al calor que les generan los rayos del sol, en las aceras de los colmados ha sido manifestada por los propios consumidores, quienes están exponiendo su salud, por riesgos asociados a la exposición prolongada del plástico al sol.
El sentido común de la población indica que las aguas expuestas a las altas temperaturas del país y a las radiaciones solares, junto con las lonas plásticas colocadas encima, elevan la temperatura del botellón y deterioran el plástico, aumentando el riesgo de contaminación del agua contenida en los botellones plásticos.
Ante esta realidad, es pertinente que se someta a estudio el agua expuesta en estas condiciones, ya que los daños a la salud no se detectan de inmediato, sino con el tiempo, debido a la acumulación de micropartículas desprendidas del plástico a causa de las altas temperaturas.
El suministro de agua potable e inocua es responsabilidad de la administración pública, pero este compromiso le ha sido delegado a las empresas, lo cual evidencia una incapacidad administrativa. En muchas partes del mundo, el agua de consumo humano puede tomarse directamente de la llave, como ocurría antes en el país.
El agua es, además, un derecho inalienable de los seres humanos. Si las empresas privadas son las encargadas de ofrecer este servicio, deben ser monitoreadas y reguladas tanto por la calidad como con relación al precio que debe ser sugerido oficialmente, basándose en los costos de gestión, envase y obtención del preciado líquido y bien común.
Porque el agua, como bien común, debe tener un precio justo, sin depender de la voracidad del mercado con precios fluctuantes, porque la materia prima pertenece a todos.
La norma ISO 26000 sobre responsabilidad social empresarial debe ser observada por las empresas embotelladoras de agua, quienes deben ayudar a los dueños de colmados a mantener los anaqueles de agua dentro de los locales. Es una responsabilidad compartida, al igual que las multas que podría aplicar Pro Consumidor cuando venza el plazo para retirar los botellones de agua de la exposición a los rayos del sol.