Observatorio de Derechos Humanos para Grupos Vulnerabilizados exige reformas para garantizar dignidad de adultos mayores en el país

Observatorio de Derechos Humanos para Grupos Vulnerabilizados exige reformas para garantizar dignidad de adultos mayores en el país

Santo Domingo.– Manuel Meccariello, comunicador y director del Observatorio de Derechos Humanos para Grupos Vulnerabilizados, lanzó un enérgico llamado a las autoridades para que se implementen reformas urgentes que aseguren la calidad de vida, el respeto, la inclusión social y la seguridad de los adultos mayores en la República Dominicana.

“Es inaceptable que en nuestro país los envejecientes enfrenten barreras tan básicas como el acceso a un seguro médico por su edad. Justamente cuando más lo necesitan, se les niega el derecho a la salud y a los medicamentos. Esto es una violación a sus derechos fundamentales”, expresó Meccariello.

El director del Observatorio subrayó la necesidad de políticas públicas que realmente apoyen a esta población vulnerable, garantizando su cuidado integral: “Se necesitan programas que aseguren la alimentación adecuada, acceso a medicina, visitas de especialistas a sus hogares para aquellos con movilidad reducida, y la creación de centros especializados donde puedan estar seguros mientras sus familiares trabajan. Este es un deber del Estado”.

Meccariello calificó de “condenable” el hecho de que las dificultades médicas propias de la edad se utilicen como excusa para negarles la atención y cuidados necesarios. “Después de todo lo que han aportado al país durante toda su vida, lo mínimo que merecen es vivir con dignidad en sus años finales”, afirmó.

La población de adultos mayores en la República Dominicana está en constante crecimiento, alcanzando un 13.2% en 2023 entre los mayores de 60 años. Esta cifra seguirá aumentando en los próximos años, lo que agrava la urgencia de implementar políticas que garanticen su bienestar.

“Necesitamos urgentemente reformas que ofrezcan seguridad social real, planificación urbana que facilite su movilidad, viviendas adecuadas y respeto por aquellos que aún desean seguir trabajando. Incluso en las cárceles hay personas de entre 90 y 102 años que, por su condición de salud y edad avanzada, deberían estar en centros especializados, no tras las rejas”, concluyó Meccariello.