Este 31 de agosto se conmemoran 45 años desde que el Huracán David, de categoría 5, azotó la República Dominicana, dejando a su paso una estela de destrucción y marcando un antes y un después en la historia meteorológica del país. Para Gloria Ceballos, actual directora del Instituto Nacional de Meteorología (INAMET), aquel evento no solo fue un momento crucial para el país, sino también el inicio de su apasionada carrera en el campo de la meteorología.
Con tan solo 21 años y recién ingresada al Servicio Meteorológico, Ceballos tuvo la ardua tarea de trabajar durante el devastador paso del huracán. “David fue el fenómeno que generó mi pasión por la meteorología”, expresó Ceballos en un emotivo mensaje con motivo de este aniversario. “Aquella experiencia me marcó profundamente y me hizo comprender la importancia vital de la meteorología para la protección de vidas y bienes”.
El Huracán David, que llegó al país el 31 de agosto de 1979, fue uno de los ciclones más poderosos registrados en la región. Con vientos sostenidos de hasta 280 km/h y ráfagas aún mayores, David causó la muerte de más de 2,000 personas y dejó a decenas de miles sin hogar. Las pérdidas materiales fueron incalculables, afectando gravemente la infraestructura y la agricultura del país.
Gloria Ceballos recuerda ese día como un momento clave en su vida. “Ver la magnitud de la destrucción y cómo afectó a tantas personas me hizo darme cuenta de la responsabilidad que conlleva ser meteoróloga. Desde entonces, mi compromiso ha sido contribuir a mejorar la precisión y el alcance de nuestras predicciones para salvar vidas”, señaló.
Ceballos ha dedicado más de cuatro décadas a la meteorología, convirtiéndose en una figura clave en la gestión y comunicación de fenómenos atmosféricos en la República Dominicana. Bajo su dirección, INAMET ha avanzado en tecnología y en la capacidad de respuesta ante eventos climáticos extremos, lo que ha sido fundamental para la preparación y protección de la población.
En este aniversario, Ceballos también aprovechó para recordar la importancia de la educación y la concienciación sobre el cambio climático y sus efectos. “El Huracán David nos enseñó a todos que debemos estar siempre preparados para lo inesperado. Hoy, más que nunca, es crucial que sigamos fortaleciendo nuestra capacidad de respuesta ante los fenómenos naturales”, concluyó.