El 16 de junio de 1980, Rosa Julia de la Cruz Santana, se convirtió en la primera mujer en ocupar el cargo de secretaria de Interior y Policía, al ser nombrada por Antonio Guzmán Fernández.
El mandatario la describió como una mujer brillante, comprometida con el Partido Revolucionario Dominicano y preparada para enfrentar los desafíos del cargo.
Se graduó como Doctora en Medicina en la Universidad de Santo Domingo en 1958, y al año siguiente, se trasladó a Nagua para realizar su pasantía, donde se casó con el médico Fabio Ortiz Báez y dedicó gran parte de su carrera a la medicina, primero como ayudante de cirugía y luego como directora del Hospital de Nagua. }
A pesar de no haber nacido en Nagua, se identificó profundamente con la comunidad, trabajando incansablemente para mejorar la vida de sus habitantes, especialmente de los más necesitados.
En 1978, Rosa Julia de la Cruz fue seleccionada por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) como candidata a senadora por la provincia María Trinidad Sánchez. Aunque ganó la elección, no pudo ocupar el cargo debido a un fallo de la Junta Central Electoral que redistribuyó las curules en favor del Partido Reformista. No obstante, en 1982, fue nuevamente electa y pudo desempeñar sus funciones como senadora.
Conocida cariñosamente como “La dotora”, de la Cruz fue una figura muy querida en Nagua, donde atendía a pacientes en su clínica privada, incluso en condiciones de salud delicadas. A pesar de sufrir de asma, siempre estuvo dispuesta a ayudar a quienes necesitaban atención médica, sin importar la hora.
Tras su destacada trayectoria en la política y la medicina, Rosa Julia de la Cruz enfrentó varios problemas de salud que la obligaron a retirarse de la vida pública. En reconocimiento a sus contribuciones, el presidente Leonel Fernández le otorgó una pensión el 18 de febrero de 1998, para ayudarla con sus necesidades médicas. Lamentablemente, falleció el 8 de noviembre de 1998, dejando un legado de dedicación y servicio que continúa siendo recordado por muchos.
Su vida y obra se conmemoran no solo como un ejemplo de liderazgo y compromiso, sino también como una muestra de la capacidad de las mujeres para liderar en cualquier ámbito.