La Habana (AFP) – Mano dura contra la “corrupción” y la “evasión fiscal”: casi tres años después de haber autorizado las pequeñas y medias empresas privadas, el gobierno cubano lanzó este miércoles una ofensiva para regular un sector que ha estremecido una economía en profunda crisis y al que acusa de generar “tendencias negativas”.
“No estamos aquí para cerrar (las empresas privadas)”, pero “tenemos que reordenar”, señaló el primer ministro Manuel Marrero, al rendir un informe ante una sesión del Parlamento que se extenderá hasta el sábado.
Con una inflación galopante, el desplome del peso cubano en el mercado informal, bajos niveles productivos, un abismal déficit fiscal (22% del PIB), escasez y falta de liquidez, la isla comunista, debilitada por los efectos de la pandemia y el reforzamiento del embargo de Washington, está sumida en su peor crisis en 30 años.
En un intento por paliar la escasez, el gobierno autorizó en 2021, por primera vez en 60 años, la operación de empresas privadas en sectores definidos, como el turismo, la construcción y el suministro de alimentos.
Sin embargo, la irrupción de este sector en un panorama dominado en un 80% por empresas estatales generó “distorsiones” y “tendencias negativas”, según el gobierno, en momentos en que fracasaba una reforma monetaria destinada a impulsar la economía.